Rebelión contra la Lei de Acuicultura

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

La Federación de Confrarías ya ha pedido la retirada de una normativa que, dicen, «desmantela» el modelo de gestión y explotación del mar arousano

25 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La Consellería do Mar ha decidido ampliar hasta el 15 de diciembre el margen para que cofradías, organizaciones de productores y en general todos los interesados, puedan presentar alegaciones a la Lei de Acuicultura redactada por este departamento. Ese tiempo extra había sido demandado por los representantes del sector del mar, que observan con preocupación y recelo un texto legal que muchos consideran un caballo de Troya. Solo que agazapados en su interior no están los hombres de Agamenón, sino grandes empresas deseosas por entrar en la ría, acompañadas de una larga cohorte de peligros para el sector del mar tal y como lo conocemos.

Las cofradías están tan convencidas de los riesgos que entraña la ley que este fin de semana, casi por unanimidad, la Federación Galega ha acordado pedir la retirada del anteproyecto redactado por Mar. Al mismo tiempo, los pósitos trabajan -juntos y por separado- en una batería de alegaciones. En cada puerto se suceden las reuniones con abogados y expertos en legajos para argumentar su no a una normativa que «desmantelará» el sector «tal e como o coñecemos».

Los patrones mayores han tenido que leer con especial interés el título séptimo, que en apenas dos páginas aborda la «transformación do marisqueo en acuicultura». Pero el conjunto de la norma es muy amplio, muy denso, «moi enrevesado», según señala el patrón mayor de Carril, José Luis Villanueva. En el puerto vecino, Vilaxoán, Manuel Tarrío comparte la apreciación. «No tiene ningún sentido que nos presenten un texto que les ha llevado años redactar, y que apenas nos den tiempo para verlo», sentencia.

Aunque la Xunta ya ha ampliado el plazo de alegaciones, el nuevo margen de tiempo sigue pareciéndole a los patrones mayores «insuficiente». Y también a los representantes del sector del mejillón, otro de los colectivos que están en situación de alerta ante la ley. Ricardo Herbón, presidente de Opmega, explica que los bateeiros también están preparando un sinfín de alegaciones contra un documento que «fala da acuicultura, e que paradóxicamente foi redactado sen consultar nen falar cos que representamos case o cen por cento da acuicultura en Galicia, que somos os produtores de mexillón». De esa falta de diálogo y de consulta también se quejan las cofradías. Volvamos al puerto de Vilaxoán, donde Manuel Tarrío apunta uno de los acuerdos tomados por la Federación Galega: «Solicitar la retirada del texto actual y que se presente uno que haya sido consensuado con el sector».

Juan Maneiro, el secretario xeral de Mar, no entiende la suspicacia con la que el sector ha afrontado el borrador de la Lei de Acuicultura. A su juicio, el cultivo del mar es una oportunidad que Galicia no puede dejar pasar, y esta ley pretende ser una herramienta que permita explotarla. ¿Que el texto es demasiado genérico y abierto a todo tipo de interpretaciones? «Es una ley, marca principios generales, no los desarrolla», replica Maneiro. Rechaza de plano el término «enrevesada»: «Reconozco que es una ley técnica, pero es que tiene que serlo».

Asuntos clave

Envueltas en todos esos tecnicismos, llegan hasta el sector propuestas que levantan ampollas. Las cofradías, por ejemplo, creen que se les hace un flaco favor al abrirse la posibilidad de que sus autorizaciones se conviertan en concesiones. Es más que cambiar la palabra con la que se nombran los bancos: se modifica también su modelo de gestión. «Dinnos que á hora de concedelas terán preferencia os propios mariscadores. ¿Pero se non son rentables que pasa? Sacaríase un novo concurso no que podería entrar todo o mundo, e evidentemente van facer ofertas máis ventaxosas as grandes empresas que as confrarías», razona Juan Rial Millán, patrón mayor de A Illa. Juan Maneiro, el secretario xeral de Mar, reconoce que este asunto ha levantado ampollas entre las cofradías. Pero «el cambio de autorizaciones a concesiones es absolutamente voluntario, lo pone la ley con letras de oro», y podría llegar a ser «reversible».

Otro de los asuntos que preocupa, y mucho, tanto a pósitos como a bateeiros, es que la ley abra las puertas a la acuicultura multitrófica. A los pósitos les angustia que la entrada de nuevos cultivos acabe afectando a la riqueza productiva de la ría. Ponen como ejemplo las jaulas de peces de la ría de Vigo, «que convertiron nun lodazal unha zona que antes se traballaba ao marisqueo». Juan Maneiro brinda un ejemplo bien distinto: el de las jaulas de salmón de la ría de Noia. «Iban a acabar con el marisqueo... Pues solo hay que mirar los datos de este año», señala, en referencia a las excelentes capturas. «Entiendo que haya gente a la que le de miedo la posibilidad de dedicar la mitad de su batea a una especie y el resto a otra», señala. Pero «tenemos un monocultivo de mejillón que hasta ahora ha sido resistente, pero queremos diversificarlo para tener a la gente entrenada en otras opciones».