Portos de Galicia insiste en que no se podía autorizar las obras de O Regueiro sin proyecto

El profundo malestar del alcalde de A Illa, Carlos Iglesias, por el retraso del permiso de Portos de Galicia para retomar las obras de la plaza de O Regueiro ha llevado al organismo autonómico a emitir un comunicado en el que insiste en que no podía dar ese permiso porque el Concello no había presentado el proyecto. En contra de lo que dice el regidor, que cree que por parte del ente que preside el vilanovés José Juan Durán hay inquina y odio hacia los vecinos del municipio isleño, Portos de Galicia aduce que la obra requería de un proyecto que el Concello no presentó hasta hace unas semanas y que ahora, los trámites tienen que seguir su curso.

En todo caso, las relaciones no son buenas. Mientras que el alcalde acusa a Portos de tener paralizada la obra a propósito, Portos acusa a la administración local de no haber hecho los trabajos de mantenimiento necesarios en los últimos años, lo que dio lugar al deterioro de la plaza. «O ente público agora ten que modificar os termos da concesión, non soamente outorgar unha autorización, o que significa levar a cabo uns trámites administrativos que supoñen un procedemento que leva determinados prazos no tempo». O sea, que no se trata de que los papeles estén sin firmar sobre la mesa, sino de que los trámites son más complejos porque «non se corresponden cunha pequena actuación senón que ao actuar sobre infraestruturas sensibles, necesitan do preceptivo proxecto técnico visado e autorizado polo ente público, área de Explotación».

El permiso de Costas

Uno de los argumentos esgrimidos por el alcalde es que, a diferencia de Portos, Costas sí dio permiso de inmediato para realizar las obras. En ese sentido, el organismo autonómico matiza que «Costas enviou un informe e non unha autorización, como plantexa o Concello».

Tampoco les pareció adecuada la actitud del regidor, que en la última visita hecha a Portos el miércoles exigió hablar con el presidente, José Juan Durán. A entender de su gabinete, Carlos Iglesias quiso forzar una reunión y pretendía ser atendido por los técnicos sin previo aviso, «alterando a actividade diaria do ente público, recorrendo ao insulto e a comentarios fóra de lugar tanto dirixidos ao presidente como ao propio persoal técnico», por lo que lamentan que el regidor comience su mandato de esa manera y sin cumplir con una «lealtade institucional» que dice Portos que sí se mantiene con la mayoría de los concellos.

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