Las cofradías de Arousa, un año después

Bea Costa
bea costa CAMBADOS / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Los patrones mayores sostienen que la situación económica es mejor y hay más paz social

28 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 28 de junio del 2014, miles de mariscadores, armadores y tripulantes de la ría estaban llamados a votar para elegir a sus representantes después de muchos meses de interinidad, a la espera de que la Consellería do Medio Rural e do Mar convocara las elecciones en las cofradías gallegas. Por fin hablaron las urnas, y lo hicieron para dar un vuelco rotundo al reparto del poder en el sector. La única excepción fue Vilaxoán, donde se mantuvo como patrón mayor Manuel Tarrío. En el resto de las cofradías cambiaron las caras. Cayeron históricos como Benito González y Evangelina Lago y a Cambados llegó Ruperto Costa y María José Vales, en Vilanova. En Carril, el presidente de los parquistas, José Luis Villanueva, dio el relevo a Fernando Franco; Juan Rial Millán dio la sorpresa a última hora en A Illa y Antonio Otero se alzó con la presidencia de la xunta xeral en O Grove.

Las elecciones no solo cambiaron los nombres. Los recién llegados imprimieron nuevos aires en la gestión de las cofradías. Un año después, todos se dan el aprobado. Ninguno echa las campanas al vuelo porque la crisis sigue y el libre marisqueo está en la UVI, pero, pese a todo, las cuentas salen favorables.

En Cambados presumen de haber cerrado el ejercicio 2014 con superávit tras cinco años de pérdidas. Teniendo en cuenta que el primer semestre todavía gobernaba González, el equipo de Ruperto Costa dice que el 2014 fue de transición y pone sus expectativas en el 2015 para poder afianzar su proyecto. En este tiempo se aplicó un ERE que permitió ahorrar 50.000 euros, se aplicaron recortes en los gastos de gobierno y hubo un ligero aumento de las ventas en lonja. Pero, advierte Costa, no conviene dejarse llevar por espejismos. «Que suba o prezo non é un bo síntoma. Pode ser un placebo para que pareza que se cura a enfermidade», indica en alusión a las bajada de productividad de la ría.

Una dimisión

En la cofradía de San Antonio siguen pendientes de que se resuelva el recurso del caso del barco Tragove, en el que se juegan 116.000 euros, y en lo que respecta a la organización interna, la convivencia en la xunta xeral es buena, según afirma el patrón mayor. Hubo una dimisión «pero foi por asuntos persoais» y se acabó con el «sistema presidencialista que había antes».

En O Grove, Antonio Otero también pinta un panorama de mejoría respecto a hace un año. La campaña de Navidad fue favorable y esto condiciona todo el ejercicio.

«O Nadal danos osíxeno todo o ano

», apunta. Y como quiera que los precios están siendo bastante altos, los números salen positivos. «Temos un superávit de 140.000 euros». La de O Grove es una de las pocas cofradías que no tuvo que acometer un ERE o recortar salarios. Mantiene a sus veinte empleados «e gustaríame poder ampliar a plantilla», añade Otero. En su opinión, los objetivos están cumplidos. «O obxectivo era que a confraría seguira tirando para adiante, que a xente poida levar un euro para a casa, e iso estase conseguindo». El enfrentamiento de los distintos sectores mantuvo años atras a la cofradía meca en permanente convulsión, pero, según el patrón mayor, las aguas corren ahora más tranquilas. «Aquí cada persoa opina á súa maneira pero vaise levando todo ben. A xente vai botando unha man, non hai queixa», dice, unque algún socio se queja de la demora a la hora de presentar las cuentas.

A Illa es otra de las cofradías que tuvo que aplicar un ERE y hoy todavía sigue descontándole el 20 % del salario a sus trabajadores. Pero el patrón mayor confía en que pronto se pueda volver a la normalidad porque «melloramos no tema económico». Aunque el libre marisqueo es un fiasco debido a la escasez de almeja y de berberecho, las autorizaciones siguen salvando a la cofradía, aunque no tanto como para afrontar la construcción de una nueva lonja, como se le planteó el pasado mes de mayo al presidente de la Xunta, Núñez Feijoo. «Hai que pedir cousas sensatas», indica Rial. La idea es dejar los locales de la cofradía de la calle Castelao para servicios como, por ejemplo, una guardería para los hijos de los mariscadores y mariscadoras, pero este proyecto no se hará a corto plazo.

En cuanto a la organización interna, el patrón mayor considera que se ha mejorado y que se está haciendo un esfuerzo «por ter a todos os sectores informados».

Sin «ocultismo»

En Vilanova dibujan un escenario similar. Allí también arrastran problemas laborales; hubo ERE y los empleados sufren ahora una rebaja salarial, pero la situación económica mejora. «Temos un 66 % de aumento de beneficios», sostiene la única patrona mayor de la comarca, María José Vales. En el último año, Vilanova ha dejado de ser noticia por los líos internos que otrora provocaron cruces de denuncias y altercados en las playas. Vales lo achaca a las nuevas formas de gobernar. «

Aquí non hai ocultismo ningún. Todos os acordos do cabido van á xunta xera

l».

Este ha sido un año, en términos generales, de paz social dentro de las cofradías, y entre ellas también. Los patrones hacen gala de una sólida unión a la hora de plantear propuestas y reivindicaciones. «Agora hai un sentimento de ría. Compartimos augas e intereses», apunta el cambadés Ruperto Costa.