La caída de la gaviota en cinco alcaldías pulveriza la imagen de O Salnés como bastión conservador
14 jun 2015 . Actualizado a las 18:58 h.Como un puñado de arena entre los dedos. Así se le ha escapado al Partido Popular el poder municipal que gestionaba en O Salnés con puño de hierro. Un dato basta para calibrar la medida de la caída que la gaviota ha experimentado en las urnas, potenciada por el resultado de las sesiones de investidura y las alianzas entre las formaciones que componen el arco de la izquierda arousana, aderezadas en esta ocasión con la emergencia de las candidaturas independientes. La gaviota se acostó el viernes gobernando a 105.528 de los 110.535 habitantes de la comarca. Hoy se levanta con tan solo 20.920 ciudadanos bajo su órbita. La mitad de ellos están empadronados en Vilanova, que Gonzalo Durán mantiene como principal plaza del centro derecha en la orilla sur de la ría mientras muchos de sus compañeros de siglas y fatigas besan la lona.
El triángulo popular, que hasta el 24M constituía un polígono de ocho lados, asienta su base sobre al fortín de Durán Hermida, al que únicamente flanquean Meaño y Meis. En total, apenas uno de cada cinco arousanos siguen gobernados por un regidor conservador cuando antes el 95% de la población arousana se organizaba bajo el color azul.
De los comicios del 2011 A Illa surgió como una auténtica isla política, rodeada de banderas conservadoras por todas partes. Desde ayer, el puño y la rosa ondea en otras tres alcaldías (Vilagarcía, O Grove y Cambados), además de integrar el gobierno de dos municipios más (Sanxenxo y Ribadumia). La imagen de una roca inamovible como atalaya para el PP salta hecha pedazos.
La soledad en la cumbre
Claro que una cosa son los equilibrios locales y la distribución del voto entre los nueve municipios que conforman la comarca y otra muy distinta la potencia electoral en bruto. Así, pese a que sus fichas han caído como piezas de dominó, la gaviota continúa siendo la fuerza más votada en el territorio arousano. Su cosecha del 24M, 22.680 sufragios, supera los 15.624 que obtuvo el PSOE, los 6.460 del BNG, los 3.841 que respaldaron a Esquerda Unida-Os Verdes-Son, las 3.350 papeletas de las candidaturas ciudadanas organizadas en torno al movimiento Somos y el apoyo conseguido por el resto de las opciones que concurrieron a las urnas. Pero sin nadie con quien pactar, y alejados de las mayorías absolutas generalizadas que antaño abrazaban sin aparente esfuerzo, los populares se han quedado solos.
Un ejercicio de imaginación
Con la ley en la mano, y haciendo un ejercicio de imaginación tal vez muy conveniente, podría pensarse O Salnés como una única demarcación electoral, un solo municipio al que sus 110.534 habitantes conferirían 27 concejales. Más o menos como Ourense. De acuerdo con lo ocurrido en la jornada electoral, la gaviota habría perdido también la mayoría absoluta. Pero, ojo, lo habría hecho únicamente por un acta. Aplicando la ley D?Hont, la asignación virtual de los ediles quedaría de la siguiente forma: 13 para el PP, 8 para el PSOE, 3 para el BNG, 2 para Esquerda Unida y 1 para Somos. Es decir, 13 frente a 14. La derecha concentrada en una sola formación frente a una alianza zurda a cuatro bandas.
Los aires de cambio soplan con fuerza. Pero no tanta como para haber desplazado al PP de esa primera posición que le permitirá permanecer agazapado esperando otra oportunidad, en función de cómo evolucionen las cosas ante la inminente cita de las generales en otoño y de las autonómicas del año que viene. Pero, sobre todo, aguardando la forma en la que funcionen las nuevas alianzas que comparten el poder municipal en Arousa. Cambados, por razones obvias, seguirá siendo ese símbolo en el que convergerán todas las miradas. El laboratorio del futuro bebe albariño.
LA MANCOMUNIDAD GIRA A LA IZQUIERDA
Lo ocurrido ayer en Cambados, con la pérdida in extremis del bastón de mando que manejaba Luis Aragunde, aleja todavía más del PP el control de la Mancomunidade do Salnés. Una alianza entre el PSOE y el resto de formaciones en cada uno de los nueve municipios que componen el ente abriría una nueva etapa. El plazo para su constitución, de dos meses, ha comenzado a correr.