El Arousa cubre el agujero generado en el centro de la zaga
24 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El miércoles la comisión deportiva del Arousa provocaba sorpresa general al completar su listado de descartes para la próxima temporada con el nombre de Aitor Díaz. No en vano, el de Marín había confirmado en las dos últimas temporadas su cartel de uno de los mejores centrales del grupo gallego de la Tercera División con el que en el verano del 2015 desembarcaba en el vestuario de A Lomba procedente del As Pontes. Ayer, 48 horas después del adiós a Aitor Díaz, el club arlequinado anunciaba el nombre del llamado a ser su relevo en el corazón de la zaga arlequinada. El elegido, Marcos Rodríguez Martínez. Otro defensa bien curtido en la Tercera División, que ficha con 28 años (13 de Diciembre de 1988) y una dilatada experiencia que incluye al Santa Comba, Estradense, Negreira y, antes de recalar el verano pasado en el Céltiga, tres campañas en un Boiro al que contribuyó a ascender a la Segunda División B.
Curiosamente, en el cuadro barbanzano Marcos Rodríguez había coincidido con su ahora de nuevo compañero Suso, solo que entonces con el primero ocupando el lateral izquierdo relegando al segundo a la suplencia.
Zurdo como Suso, Marcos Rodríguez ha sido incorporado sin embargo por el Arousa con la intención de exprimirlo como central. Rol que vino desarrollando a la largo de la pasada temporada en el Céltiga, en pareja con el isleño Carlos.
El del defensa es el segundo refuerzo contratado por la comisión deportiva del club vilagarciano, tras el anuncio el pasado lunes del fichaje de Juan Ángel Vidal Pérez, Anxo, futbolista de corte ofensivo cuya demarcación natural se sitúa en el carril izquierdo del ataque, pero que también se adapta al lateral.
Con los dos refuerzos, el Arousa tenía ayer cubiertas 17 plazas en el segundo proyecto de Jorge Otero en el banquillo de A Lomba. Incluídos cuatro juveniles recién licenciados de su etapa de formación. La prioridad en este momento de la comisión deportiva arlequinada es la de amarrar las muy complicadas renovaciones de Óscar y Sergio Santos, que podrían volar hacia la Segunda B.