La parroquia cambadesa de Vilariño reivindica el trabajo del campo con una fiesta que incluyó desfile de tractores y carros, una comida al aire libre y juegos populares
29 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La parroquia de Vilariño, en Cambados, es eminentemente agrícola. Del cultivo de la huerta y de la vid provienen buena parte de los ingresos de los vecinos. De ahí que, todos los años, estos reivindiquen el espíritu labrego con una romería que, edición tras edición, gana adeptos. Ayer fueron muchos los que se animaron a participar en esta curiosa fiesta, que comienza con un desfile de tractores. Centenares de personas se dieron cita a orillas del río Umia para dar cuenta de una comida campestre y participar en las actividades previstas.
Tractores, carros y hasta motos y coches antiguos. Cualquier vehículo es válido para participar en el desfile que abre los festejos en honor al labrego. Todos estos medios de locomoción se convierten en improvisadas carrozas en las que los vecinos demuestran su imaginación. Hay quien recrear el corral de casa en el remolque, y lo llena de gallinas, patos y hasta pavos reales. Hay quien opta por habilitar toda una taberna, en la que los espantapájaros se convierte en sus clientes. Y hay quien simplemente busca hacer reír y convierte su pequeño tractorillo en un florido jardín. Algunos incluso están mecanizados, como el leñador que corta un tronco.
Ver el desfile es todo un espectáculo, sobre todo porque tardan más de una hora en llegar hasta el recinto de la fiesta. La comitiva la cierran decenas de caballos, algunos con calesas incluidas, y los coches antiguos.
Una vez en el recinto festivo, es el momento de las celebraciones. Hay actuaciones musicales para todos los gustos y, por supuesto, una exposición de productos del campo. Tampoco faltan las carpas para la comida, aunque ayer la lluvia no hizo acto de presencia hasta por la tarde. La fiesta concluyó¡ con una gran competición de juegos tan tradicionales como la carrera de sacos o el tira de la cuerda.