Bocados de Galicia maridados con un buen té

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Esta arousana lanza un reto a los amantes de la gastronomía: establecer alianzas entre comida e infusión

05 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Laura Rodríguez es sumiller. Pero no es una sumiller cualquiera: lo suyo es el té. Creció en una casa en la que esta infusión siempre estuvo en el ambiente. Hace unos años, cuando descubrió que la informática contable no era lo suyo, decidió dar rienda suelta a su pasión por un brebaje que sigue siendo un gran desconocido en Galicia. Así que leyó y leyó -y sigue leyendo-, probó y probó, y acabó en la asociación internacional de maestros del té, donde obtuvo su título de sumiller. Ahora, junto con sus compañeros del Instituto de Investigación del Té de Madrid, Barcelona, Zaragoza y Alicante, se ha embarcado en la organización de la Tea Masters Cup, «la competición más prestigiosa dentro del mundo del té», que se celebrará en Zaragoza el 6 de junio.

«En nuestro país, de momento, no hay demasiada cultura del té. Así que, para este primer certamen, hemos decidido organizar una prueba de tea paraining o maridaje de té con algún producto de nuestra gastronomía», relata. Cualquiera puede asumir ese reto. «Es una invitación abierta a los apasionados de la gastronomía o del té», explica.

¿Demasiado complicado?

Se nos antoja una prueba harto complicada. «¿Tú crees?», pregunta Laura, sonriendo. «En los países asiáticos usan el té en cocina como nosotros usamos el vino. Yo no creo que sea tan complicado». Porque, además, lo que se premia es la armonía, la buena unión. «No hay por qué preparar un plato complicado ni nada por el estilo. De lo que se trata es de escoger un té entre los que nosotros vamos a proponer, y maridarlo con un pequeño bocado que no tiene que ser súper elaborado ni mucho menos. Puede ser un queso, un producto de repostería, algo salado...».

Echamos mano de ecos literarios y nos imaginamos en una mesa, sentados ante una humeante taza de té y una fuente de emparedados de pepino. ¿Eso cuenta como maridaje? «Los ingleses toman el té acompañado tanto de ese tipo de sándwiches como de bollos de crema y mantequilla. El té se puede maridar con muchas cosas. Claro que, para participar, es necesario tener unos conocimientos básicos de gastronomía y de té».

Cuenta Laura, que ya lleva tiempo haciendo apostolado de esta bebida en Galicia, que ya hay «algunos sitios» en nuestro país en los que han probado a maridar té con productos locales. Y es que, hasta para eso, nuestra despensa atlántica es una maravilla. «La gastronomía gallega tiene un montón de posibilidades de maridaje con el té». ¿Por ejemplo?. La pregunta se queda sin respuesta. «¡No puedo dar pistas!», replica la sumiller. «Pero solo hay que mirar y ver que en nuestros mares hay un montón de productos estupendos, nuestras carnes son estupendas, y hasta los productos que crecen en nuestra tierra son fenomenales. Solo hay que pararse un poco, investigar qué es lo que mejor casa con los tés que se van a enviar». Conscientes de que en España distamos bastante de ser expertos en la preparación de tazas de té perfectas, en esos paquetes para la experimentación se enviará también una guía sobre cómo debe ser preparada cada infusión.

Reinventar la cocina

«La gastronomía gallega está en un momento espléndido. Y esta es una gran oportunidad para demostrar su versatilidad», razona Laura. «Ahora la tendencia es la reinvención de la cocina a través de las nuevas creaciones, fruto de la investigación y la experimentación, pero manteniendo la tradición, y en este reto aparece todo ello», recalca. Y es que, aunque el té pueda parecernos exótico -que ciertamente algo de eso tiene-, es también la segunda bebida más consumida en el mundo, solo por detrás del agua. Y en Galicia no para de ganar adeptos, tal y como Laura comprueba a diario desde detrás del mostrador de su tienda de infusiones y complementos para tomar el té.

Y es que este producto abre una puerta a todo tipo de experiencias sensoriales que cada vez atraen a un número mayor de «tea lovers». ¿Saldrá de entre ellos el ganador del Tea Masters Cup de este año? El tiempo lo dirá. «Este es el primer año que organizamos esta prueba. Estamos empezando el camino y esperamos ir creciendo poco a poco», dice, formulando un deseo, la sumiller de té.

El Tea Masters Cup es un concurso abierto a todo el mundo; solo hace falta buen gusto

Esta es, dice, una gran ocasión para demostrar la versatilidad del producto gallego

Las claves de un certamen que echa a andar en España

Quienes decidan recoger el guante de Laura Rodríguez tienen hasta el día 12 para inscribirse en un certamen que se celebrará el 6 de junio en Zaragoza. Ese día, en el Tea Masters Cup los aspirantes «deberán preparar la mejor de sus recetas para hacerse con el premio». Y vaya premio. «En realidad, estamos hablando del certamen de té más prestigioso del mundo, así que el simple hecho de ganarlo es de por sí un honor», explica nuestra sumiller. Un honor que lleva aparejado, además, el derecho a participar en la final internacional que se celebraré en el mes de octubre en un país productor de té. «Aún está por cerrar en qué lugar será este año la final, pero en 2016 fue en Seúl», cuenta la vilagarciana. El ganador en Zaragoza tendrá el viaje y el alojamiento pagados, además de un tour por plantaciones de té.

A la espera de ver qué tal sale esta primera edición de la Spain Tea Masters Cup, sus organizadores indican que este «es solo el comienzo». En años venideros introducirán novedades que faciliten la participación de los interesados y que, al mismo tiempo, sirvan para garantizar la calidad de quienes lleguen a la prueba definitiva. En ese sentido, está previsto organizar campeonatos regionales «con el fin de fomentar la cultura del té en nuestro país». Quien sabe. Tal vez más pronto que tarde se puedan convocar las otras modalidades que permite la prueba: desde preparar una taza de té perfecta, hasta participar en una cata, pasando por conseguir incluir esta infusión en un cóctel. Las posibilidades de esta bebida, está claro, son infinitas.