Los alumnos reciben una charla de la investigadora Silvia Varela
17 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.La nanotecnología no forma parte del currículo escolar. Pero en el colegio de Mosteiro quisieron aprovechar la oportunidad que les brindó la investigadora pontevedresa Silvia Varela Aramburu para acercarse un poco más al fascinante mundo de esta ciencia. Gracias a una vídeo conferencia con esta joven científica, que está trabajando en uno de los institutos más prestigiosos de Alemania, los estudiantes de cuarto de la ESO pudieron aprender, por ejemplo, como las nanopartículas influyen en el color de las vidrieras de Notre Dame o las aplicaciones médicas de esta ciencia, que ya se está utilizando. La pontevedresa, por ejemplo, está estudiando la posibilidad de combatir la malaria con nanopartículas de oro.
Dice el diccionario que la nanotecnología es el diseño o la manipulación de materiales a nivel de átomo o de moléculas. Y Silvia Varela les explicó a los estudiantes del centro arousano algunas anécdotas relacionadas con el origen de esta ciencia. A continuación, les habló del trabajo que está llevando a cabo en Alemania, donde forma parte de un grupo de investigación que quiere encontrar una fórmula para acabar con la malaria. Pero no están buscando un medicamento. «Diseña unas nanoesferas de oro que se adhieren al parásito de la malaria en la sangre y lo destruyen», explicó el director del centro, Luis Camilo Fernández. Añade que este es un sistema «con poca toxicidad y que tiene muchas ventajas. Porque cuando se toma una sustancia química tienes que tomar una gran cantidad para que un poco llegue a la parte enferma. Las nanoparticulas van directamente al punto afectado».
Alumnos y profesores quedaron muy sorprendidos con las explicaciones de esta científica, que también les contó que el cáncer es otra de las enfermedades que se puede curar con este sistema. «Hay un tipo de tumores cerebrales para el que ya se aplican estas nanoparticulas magnéticas», aseguró el responsable del centro de Mosteiro. La conferencia buscaba, además, demostrar a los chavales «que cuando se trabaja, se puede hacer cosas muy satisfactorias».