La mayor pegada del Ribadumia marca la diferencia en el derbi

AROUSA

MARTINA MISER

El conjunto de David Sierra venció a un Vilalonga que jugó bien pero remató mal

27 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«Así es imposible», se desgañitaba en el banquillo Antonio Fernández cuando en el tramo final del derbi Aarón marraba otra oportunidad clara. Y es verdad. Fue imposible. El Vilalonga se quedó sin marcar en un duelo en el que la mayor pegada del conjunto local fue clave. Le bastó al Ribadumia apenas un chispazo, una asociación en una contra entre Anxo, Changui y Fandiño para marcar el único tanto del encuentro. No hicieron mucho más los locales, que siempre estuvieron muy maniatados por el cuadro celeste y que vivieron con agobio los últimos minutos.

El Vilalonga comenzó el partido a toda máquina. Con una presión muy adelantada, con sus carrileros casi siempre en campo rival, impedía que el Ribadumia estuviera cómodo. No le dejaba pensar y las pérdidas de balón de los locales eran continuas. Pero el esfuerzo sin acierto no da puntos y a los de Antonio les faltó ese extra. Ocasiones tuvieron para marcar. Dos claras al poco de empezar. La primera tras una internada de Cerqueiras por la banda izquierda a cuyo centro no llegó Javi Pazos por los pelos en una posición inmejorable (minuto 3) y la segunda poco después (min 6) en las botas de Aarón, que se fue lamiendo el poste de Manu Táboas.

El esfuerzo pasó factura

El Ribadumia ni se acercó a la portería de Iván Parada en los primeros 45 minutos. De hecho, en la primera media hora apenas pudo dar tres pases seguidos. Sí estuvo ligeramente más cómodo en el tramo final, cuando el esfuerzo pasó factura a los visitantes, pero las frecuentes charlas entre los jugadores durante el partido delataban que no estaban satisfechos ni mucho menos.

Todo cambió a los diez minutos de la segunda parte. Anxo le ganó una pugna a Iván Renda en el centro del campo, avanzó con el esférico y lo cedió a la izquierda, donde estaba Changui. A partir de ahí la jugada solo podía mejorar. Y así fue. El pichichi ejerció esta vez de asistente y le puso un balón inmejorable a Fran Fandiño, que prácticamente solo tuvo que empujarlo a la red.

El buen plan de partido del Vilalonga se venía abajo pero los celestes lo siguieron intentando. Y siguieron teniendo ocasiones, pero no era el día de Aarón, que marró una buena en el 60 y otra más clara aún en el 67. Enfrente, el Ribadumia ya sí parecía más cómodo porque las distancias entre los jugadores celestes eran mayores y la presión no surtía tanto efecto. Aparecieron los huecos y Changui pudo sentenciar en el 77, pero Iván Parada salvó el 2-0 en el uno contra uno..

Antonio Fernández quemó las naves. Sustituyó a un centrocampista, Mota, para colocar a Ramilo en la punta y ya en los últimos minutos del partido ordenó al central Adrián Santos que ejerciera de delantero centro. Los balones al área fueron el último recurso. Llegaban desde todos los lados: en envíos largos de Parada, en saques de esquina y hasta en los de banda, que colgaba Álvaro hacia el punto de penalti. Daba la sensación de que el empate podía llegar en cualquier momento porque al Ribadumia, además, no se le dan demasiado bien esos instantes finales. No fue así en esta ocasión, sin embargo. Una volea de Josiño desde fuera del área puso el punto y final al partido en el que la eficacia ante la portería rival marcó la diferencia.

Ribadumia: Manu Táboas, Hugo, iago, Miguel, Bugallo, Mou, Fran Fandiño (Agus, min 89), Adrián Camiño (Rafita, min 92), Gabi (Paco, min 82), Changui y Anxo.

Vilalonga: Iván Parada, Ronald, Santi, Iván Renda (Álvaro, min 86), Adrián Santos, Manu, Javi Pazos (Richi, min 66), Mota (Ramilo, min 75), Aarón, Josiño Filgueira y Cerqueiras.

Gol: 1-0, min 55: Fran Fandiño.

Árbitro: Pastoriza Iglesias. Amonestó con cartulinas amarillas a los locales Bugallo y Anxo y al visitante Manu. 

Incidencias: Encuentro jugado en la matinal del domingo. Buena afluencia de aficionados y césped en muy buen estado en A Senra.