Preguntas y respuestas para futuros maestros del reciclaje

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ROSA ESTEVEZ

El colegio de Carril realizó ayer una actividad para enseñar a los alumnos a separar los residuos

18 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Yago es el hombre de las preguntas imposibles y de las respuestas sorprendentes. Esté técnico visitó ayer a los alumnos del colegio de Carril, participante en el programa Voz Natura, para contarles unas cuántas cosas sobre la basura que los humanos generamos cada día. Cargado con sus sacos de reciclaje, una gorra y un sinfín de interrogantes, fue de clase en clase convirtiendo a los alumnos del colegio en maestros que ejercerán es sus casas, seguro, su apostolado del reciclaje y la correcta separación de los residuos domésticos.

Yago aborda a los alumnos con una pregunta trampa. Usted y yo, probablemente, caeríamos en ella como ayer lo hicieron la mayor parte de los rapaces de Carril. «¿Cantos de vós reciclades na casa?», pregunta el monitor. Y un montón de manos de alzan. «¿Así que vós, na casa, podedes converter unha botella de plástico nun equipo do Depor, ou do Celta?». Caras de sorpresa. Y llega la primera lección. «Vós na casa non reciclades. Vós separades o lixo para que outra xente poida reciclar», dijo Yago mirando a los rapaces que habían levantado la mano. A partir de ahí, la sesión se llena de preguntas a las que, en ocasiones, no sabe contestar ni siquiera la profesora. ¿Cuántos litros de agua puede contaminar una pila de botón? Yago hace una encuesta entre los alumnos de cuarto de Primaria. Los primeros, cautos, responden con cifras pequeñas. ¿Seis?. Las pujas llegan hasta los 900.000 litros apuntados por una rapaza que soltó el número al azar. La respuesta: 450.000 litros de agua. «Mimá, todo o mar», se le escapa a un asombrado estudiante. «Todo o mar non, pero unha piscina mediana si», le replica Yago. El y su sistema socrático de preguntar a los alumnos permitió a estos descubrir muchas cosas sobre los residuos que generan en sus casas. Y después de tantas preguntas, un juego ponía el colofón a la clase: cada niño tenía que colocar en el contenedor adecuado el residuo que Yago le había entregado. Parece fácil, pero no lo es tanto. ¿Dónde echaría usted un trozo de goma de borrar, o una cera? Si no lo sabe pregúntele a sus hijos. Quizás le den una lección.

Los rapaces no daban crédito al oír que una sola pila de botón contamina el agua de una piscina