Ser social

Roberto Antón

AROUSA

15 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde hace años se extiende una corriente de personas que se reúnen para abordar grupalmente diversos temas. En un inicio las reuniones se realizaban para tratar problemas de salud (tratamiento de alcohol, drogas…) pero con el paso del tiempo se fueron conformando grupos para compartir todo tipo de cuestiones, observándose un importante incremento de reuniones para resolver cuestiones educativas.

Siempre se dice que los niños vienen sin instrucciones y que la crianza nos expone a situaciones difíciles de resolver, de ahí que muchos padres se interesen por conocer estrategias educativas que puedan potenciar los recursos de sus hijos y prevenir posibles futuras dificultades.

Al trabajar en este tipo de grupos solemos tener la sensación de que estos padres son los que menos lo necesitan, y que las personas a las que realmente le vendrían bien estos grupos suelen quedarse al margen. Aún así, la crianza de un niño nos expone constantemente a retos y debemos estar preparados para adaptarnos a nuevas situaciones. El cambio es constante y no existe otro contexto donde esto se manifieste tanto como en el desarrollo de un niño.

En ocasiones, con la llegada de un hijo, los padres entran en una especie de agujero negro donde todo gira en torno al pequeño, y las necesidades personales quedan a un lado. Sin embargo, el hombre es un ser social por naturaleza, y siente la necesidad de estar en contacto con las personas de su entorno. Acercarse a este tipo de grupos resulta una excelente manera de matar dos pájaros de un tiro, ya que además de adquirir estrategias para afrontar retos, se comparte tiempo y espacio con personas que se encuentran en situaciones similares.