El Culebras tiene cinco días para ir a prisión

e. v. pita VIGO / LA VOZ

AROUSA

Condenados por el blanqueo de 20 millones de la droga solicitan la suspensión del ingreso en la cárcel porque alegan que el Constitucional aún debe resolver su recurso de amparo

25 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo, ha comunicado a Juan Carlos González, el Culebras, y a once cómplices que deben ingresar en un plazo de cinco días en la prisión de A Lama para cumplir sus respectivas condenas por el delito de blanqueo de capitales procedentes del narcotráfico. El plaza empezará a correr en cuanto todos los condenados estén localizados y les llegue el requerimiento de ingreso.

Algunos implicados ya han recibido la notificación pero sus abogados la han recurrido para pedir la suspensión del ingreso en prisión. Alegan que todavía están pendientes de que les llegue la respuesta del Tribunal de lo Constitucional respecto al recurso de amparo que han presentado contra la resolución de Vigo.

En cabecilla, el Culebras, de 77 años, tendrá que cumplir 6 años de cárcel, aunque se le descontaría el tiempo que pasó encerrado en prisión provisional cuando fue detenido en enero del 2008. Su multa asciende a 48 millones.

Entre los otros implicados que deberán entrar en la cárcel está su esposa y tres hijos, los cuales deben cumplir 5 años de cárcel y abonar multas de 20 o 30 millones. Estos, junto a otros familiares y amigos y una amante, habrían servido como testaferros del Culebras (también conocido como el Culebra) para invertir en negocios inmobiliarios y lavar 20 millones de euros procedentes, probablemente, de un alijo de hachís de 1997.

El tribunal vigués está localizando a todos los miembros de la trama para comunicarles su obligación de presentarse en el penitenciaría. Durante los dos últimos años, los once implicados, que están todos en libertad, han eludido el ingreso en la cárcel mediante la interposición de recursos. El juicio se celebró en junio del 2014 y la Audiencia dictó una sentencia condenatoria contra casi todos los miembros de la trama, incluido su cabecilla. Los implicados recurrieron porque consideraban que había falta de claridad o contradicción en los hechos probados y aseguraban que habían sido vulnerados sus derechos fundamentales y su derecho a la presunción de inocencia. El Tribunal Supremo revisó la sentencia dos años después y ratificó la condena por entero el pasado julio, por lo que es firme.

La opción que les ha quedado a los acusados es interponer un recurso de amparo en Madrid. Mientras se resuelve, la Audiencia Provincial ha iniciado la ejecución de la sentencia y tramitado el requerimiento para que ingresen en prisión. Los afectados alegan que, antes de entrar en la cárcel, debería esperarse a conocer el dictamen del Constitucional aunque, normalmente, el tribunal no tiene necesariamente que esperar porque la sentencia adquirió firmeza.

El recurso de amparo se presenta cuando se ha agotado la vía judicial previa y el acusado cree que, durante el procedimiento contra él, se vulneró alguno de sus derechos fundamentales y libertades. Luego, el Constitucional debe decidir si admite el recurso a trámite si así lo justifica su contenido.

50 años en total

La banda fue condenada a un total de 50 años de cárcel y multas por valor de 168 millones. La acusación consideró que se trataba de la mayor red de blanqueo de dinero de las drogas descubierta en Vigo. El cabecilla de la trama intentó probar en el juicio que su patrimonio tenía un origen legal gracias a su exitoso negocio en el mundo del juego en salas de bingo en Portugal.

Los magistrados de la Audiencia, por contra, vieron probado que el Culebras creó una serie de sociedades dirigidas por personas interpuestas para evitar que nada figurase a su nombre y lo incriminase. Creó una apariencia legal a sus negocios de pesca o construcción. Entre sus adquisiciones figuran yates y 79 obras de arte valoradas en 162.000 euros. También tenía 20 coches de alta gama a nombre de allegados, así como joyas valoradas en casi medio millón.

Tampoco reparaba en generosos regalos para sus allegados, con viajes a la ópera de Viena.