El donjuán de los mil nombres

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

CEDIDAS

La figura de Rodrigo Nogueira ha vuelto ha saltar a la actualidad informativa después de que no se personara esta semana a un juicio por un supuesta estafa

15 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Roi Iglesias, Ilya Zstreind Trillo, Leto Scorssi, Alex Bethancourt, Adrián Montero... Son solo algunas de las identidades que las afectadas aseguran que utiliza para engatusarlas, en un primer momento, y engañarlas, posteriormente. A estas identidades se le suma los múltiples nicks que, aparentemente, emplea en las distintas redes sociales o en portales de Internet especializados en citas y contactos.

Las afectadas identifican todos ellos con Rodrigo Nogueira Iglesias, un joven nacido en Marín del que sostiene que lleva más de décadas viviendo a costa de las mujeres. Su figura ha vuelto a saltar esta semana a la actualidad informativa después de que no se personara a un juicio en el que, junto con una de sus supuestas víctimas, está acusado de un delito de estafa por el que el fiscal solicita dos años de prisión. No se personó a la vista oral y el magistrado dictó una orden de detención y puesta a disposición judicial.

Hace unos meses, las propias afectadas cifraban en más de una treintena las posibles damnificadas, la mayor parte de las mismas en la comunidad de Madrid y en Galicia, pero también en Valencia, donde tiene un hijo. Por entonces, lo situaban en algún punto de la provincia de Burgos, pero ahora sospechan que ha regresado a Pontevedra y puede estar residiendo en algún punto cercano a la ciudad del Lérez.

Los primeros testimonios que se han podido encontrar datan de finales de la década de los noventa. A través del blog creado por una de las víctimas, oriunda del País Vasco, se puede leer el testimonio de quien dice ser su pareja entre finales de 1998 y principios del 2000. Fueron unos meses en los «que me aíslo del mundo y me alejo de mi familia, hasta el punto en el que no me hablaba con mis padres, ni mi hermano y de dejar de hablarme, con casi todos mis amigos y conocidos porque veían lo que yo no quería ver y hacia todo lo que el decía y como el decía». «Mi madre siempre que recuerda aquella etapa siempre me dice que pensó que si no hubiese desaparecido yo habría terminado trabajando o prostituyéndome para él y, a la larga, aparecería en una cuneta tirada y muerta».

Todas las mujeres coinciden al dibujarle como una persona que se autodefine como un genio, muy fotogénico y con una gran habilidad para detectar sus inseguridades y explotarlas en su beneficio. La primera sorpresa surge en el cara a cara, en el primer encuentro, donde comprueban que quien tienen delante no es, ni mucho menos, atractivo. «En las fotos que él te manda, sí es un chico con cierto atractivo, está bastante bien, pero cuando lo ves en persona... (...) Aunque no te guste en un primer momento, porque es bajito y sin dientes, te cautivan otras cosas de él», explicó en su día una de sus víctimas gallegas.

Y así, tras haberlas contactado por Internet -hay quien sospecha que previamente las estudia detenidamente empleando distintos perfiles-, se presenta en sus vidas y lo hace «fagocitándonos», expresión empleada por una de estas mujeres. El que creían era un empresario de éxito, el chef de un restaurante con estrella Michelín o un tatuador de cierto empaque «se instalará en tu vida».

Pronto surgen los problemas económicos y las desgracias. «Él no tenía un duro, no tenía absolutamente nada y te iba pidiendo. Al final, acabas comprándole la ropa. Lo sostienes como si fuera tu hijo», recordó otra de sus exparejas de la comarca de Pontevedra. El problema con el que se encuentran es que se trata de donaciones o préstamos voluntarios de dinero, por lo que, en principio, no existiría un ilícito penal.