Cultura «indie» desde el corazón de Valga

marina santaló VALGA / LA VOZ

AROUSA

mónica irago

Dos jóvenes demuestran desde Os Penoucos que el movimiento, el cine y la música se demuestran andando

23 sep 2016 . Actualizado a las 11:58 h.

Unas aficiones culturales afines fuera de lo convencional (y comercial) dieron pie a la realización de una serie de actividades en Valga. Su organización corría a cargo de un grupo de amigos que se transformó en asociación cultural cuando pusieron el foco en un proyecto más potente: la creación de un festival de grupos gallegos que bautizaron con el nombre de Arte Nativa y que subió al escenario a Triángulo de Mar Bizarro y Nadadora, dos de las bandas que simbolizaron el bum del Indie en Galicia. «Fue un estrés. Una bola que no dejó de crecer, acumulándose las complicaciones», recuerdan desde la distancia Francisco Devesa y José Ignacio Magariños, dos de los cabecillas de Os Penoucos. Corría el año 2007 y el tiempo que le dejaban sus trabajos apenas les llegaba para unir todos los cabos que se negaban en ser atados. Desgastaron el verbo negociar: con los grupos previamente seleccionados y con los bancos para encajar unos presupuestos con los que no habían explorado antes. «Os bancos aínda concedían créditos e nos deran uns 12.000 euros», recuerdan.

Fueron dos ediciones para, después, dar al salto a actividades más pequeñas. Pasaron de la música al cine, pero no abandonaron ese halo de defender lo propio que les caracteriza. Nació, así, Curtas Galegas, el ciclo de cine que derivaría con el paso del tiempo en el actual Ciclo de Cinema Social. El objetivo sigue siendo el mismo. «Queremos que a xente se acerque e descubra outro tipo de cultura menos comercial», señalan. Ocupan, por tanto, el vacío que encuentran en las grandes pantallas y que consideran fundamental para poder diversificar la programación. Son inconformistas de los que se movilizan, de los que salen de sus casas para crear aquello que reclaman. «Botamos de menos, por exemplo, que se poñan en valor os documentais», indican.

El Ciclo de Cine Social tiene lugar un fin de semana del año y el primer paso para su elaboración pasa por la elección de diferentes temáticas que logren remover a los asistentes. Películas con mensaje. «Temas de concienciación social xa que, ao final, nos afectan a todos», resumen. El último no pudo se más actual; inmigración. Como en cada edición, elegir las películas fue un verdadero brainstorming que dio paso a la criba posterior. «Cantos máis sexamos propoñendo, mellor. É a forma de descubrir filmes novos», coinciden ambos. La culminación se produce cuando logran traer a algunos de los directores de las películas que emiten, donde se saborea más le explicación que la propia proyección. «É importante dar a coñecer o difícil que é facer un documental», aseguran.

Junto al cine, su otro fuerte sigue siendo la música. Son las dos actividades donde se convierten en las voces cantantes de Os Penoucos. Estos días están sumergidos en la organización de la segunda edición de Carolina Son, el festival previsto para las 21.30 horas del próximo 8 de octubre y en el que el trío Birds are Indie, de Coímbra, y Aries, la bilbaína afincada en Vigo, se convertirán en los protagonistas del Auditorio Municipal de Valga. Tras el parón del año pasado, se han puesto manos a la obra para recuperar esta actividad musical.

Presentaciones de libros y rutas de senderismo completan una oferta en la que no sé deja la cultura de lado. Apuestan por dar difusión a las obras de autores locales como fue el caso de Humo del Diablo, de Fernando Salgado. Las caminatas, por su parte, son por rutas tan variadas como la Costa da Morte, el parque nacional de Peneda-Gerés de Portugal o las Minas de San Finx en el municipio de Lousame. Son todas unas rutas espectaculares pero, puestos a escoger, se quedan a lado de casa: la excursión a la capilla de Os Martores, en Valga, es la que más le conquistó. Tanto por lo visto como por las charla que les amenizó el camino. «Contémplase como posible tumba do bispo herexe Prisciliano», comentan sobre el lugar en el que aparecieron sarcófagos tallados en piedra que pueden pertenecer al siglo IV. Una de las muchas cábalas que les invitaron a tirar de la lectura en los días posteriores.