Los vecinos viven una noche «de nervios»

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La imagen de un individuo corriendo por el tejado generó expectación y alarma entre los residentes de la calle Fariña Ferreño

27 ago 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En Fariña Ferrero, hubo solo un paso entre la curiosidad y la intranquilidad. La imagen de un individuo correteando por los tejados de los edificios generó la expectación de los viandantes que pasaban por la zona, al tiempo que los vecinos empezaban a alarmarse por el desconocimiento. El momento de mayor nerviosismo tuvo lugar cuando los agentes abandonaron la zona y, tal y como explica Mari Carmen Coello, se quedaron con la incógnita de sí se había producido su detención. «Mi marido se acercó a comisaría para preguntar cómo había terminado la historia y poder dormir tranquilos», cuenta esta vecina del edificio por el que, momentos después, saldría el ocupante de los tejados. La ausencia de muchos vecinos en el edificio hizo que los nervios se incrementaran cuando se escuchó crujir las tejas. Ayer comprobó que en el patio de luces había varias rotas.

El siguiente ruido que sintió fue en forma de golpes. Fueron dados a las puertas de los trasteros, desde donde el fugitivo accedió al interior de un edificio al que, al mismo tiempo, subía la policía. El encontronazo lo evitó que una de las puertas de las viviendas se encontrase apoyada; uno de sus inquilinos había salido para hacer una visita fugaz al trastero. Una alineación de los astros como la que permitió a Raskólnikov salir indemne del edificio que Dostoyevski creó para sus víctimas en Crimen y Castigo. El nuevo escondrijo se convirtió en una extraña sorpresa para otra de las vecinas de este piso, que, sumergida en la música, no se había enterado de nada de lo que estaba sucediendo encima de sus cabezas.

«¿Están ahí los policías?», le preguntó él. No sabía quién era, ni de qué estaba hablando pero no tardó en descubrirlo: «tres agentes entraron inmediatamente en la vivienda pero no llegaron a encontrarse. Siguieron recto y él debió volver a salir hacia los tejados por la puerta; que lo hiciese por alguna ventana lo veo difícil», explica esta señora. Una de las dos macetas que tenían en ese momento en el rellano, sería la que utilizó el joven huido para salir por un portal cerrado con llave. La ruptura de esta puerta alertó también a la vecina de la tienda de a lado, a la que le llegó un whatsapp diciendo que podría ser la de su negocio. No lo era.