El principal escollo que se levanta entre O Salnés y una ambulancia medicalizada propia apunta al gasto económico que este servicio conllevaría. No tanto por el equipamiento material en sí como por lo que tiene que ver con su dotación humana. Cada turno de trabajo exige cuatro personas dedicadas al vehículo avanzado. Así que la cobertura del servicio los 365 días del año requeriría la activación de al menos cinco equipos de profesionales.
Independientemente de las conclusiones de Semes-Galicia sobre las ratio de la comarca, en un lugar tan distante como A Mariña lucense ha surgido una alternativa: la ambulancia medicalizada de Burela, encargada de los traslados interhospitalarios, se emplea también en la atención a emergencias. Nada impediría que el vehículo que realiza la misma función en O Salnés adquiriese una polivalencia similar.