Gran variedad de horizontes para los orgullosos «igafas»

R.E. VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

martina miser

26 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Dicen que uno de los secretos del Igafa es que quienes dan clase en el Instituto Galego de Acuicultura (A Illa) han pasado antes por la empresa privada, y que eso los hace capaces de detectar las necesidades del mercado laboral a medida que se van produciendo. Puede que sea verdad, o puede que solo forme parte de la leyenda de un centro formativo que, año tras año, se ve obligado a dejar fuera a muchos aspirantes a «igafas». «Sigue habiendo gente que se queda fuera, sí», reconocían esta misma semana desde el centro de Niño do Corvo.

Estas instalaciones se pusieron en marcha cuando en Galicia se esperaba el bum de la acuicultura. Pero ni aquel bum fue tan importante como se pensaba, ni el sector pesquero y marisquero supo entender el partido que le podían sacar a los profesionales formados en Niño do Corvo. Sobre la marcha, los docentes han sabido reorientar los ciclos, adaptándolos a la tozuda realidad. La introducción del módulo de acuareología, por ejemplo, ha permitido «colocar» a hombres y mujeres formadas en este centro en acuarios de todo el mundo.

En este centro se imparte también el Ciclo Medio de Operacións Subacuáticas e Hiperbáricas. Para este no se ha abierto matrícula este año: en 2014, el cambio en la ley educativa obligaba a contratar a un profesor más. La Xunta, para evitar ese gasto, decidió hacer bianual el ciclo, y este año no toca abrir plazas. Argumenta la Administración que esta es una de las formaciones más caras que se imparten en Galicia, y cifran el esfuerzo económico en 19.468 euros el coste por alumno. Claro que ese dinero también se puede leer como una inversión, dado el elevado grado de inserción laboral de los titulados. Por lo pronto, los que quieran matricularse en este curso no tienen más remedio que esperar al año que viene y cruzar los dedos para conseguir plaza.