La plaza de la verdura reabre con nueva imagen y mejoras pendientes

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Las noventa vendedoras que en las últimas semanas estuvieron fuera de la plaza recuperaron sus renovadas bancadas.
Las noventa vendedoras que en las últimas semanas estuvieron fuera de la plaza recuperaron sus renovadas bancadas. mónica irago< / span>

El recinto brilló ayer con el bullicio propio de los días previos a la Navidad

29 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

La plaza de la verdura reabrió ayer sus puertas con una nueva imagen tras algo más de un mes cerrada por las obras de remodelación. Las noventa placeras que en las ultimas semanas tuvieron que colocar sus puestos a la intemperie, volvieron a sus bancadas de siempre para impregnar el recinto del bullicio propio de los días previos a la Navidad.

Las conversaciones entre placeros y clientes giraban todas sobre el mismo argumento; cómo había quedado la plaza, que reabrió con las paredes pintadas de rojo y blanco, el techo de negro y un nuevo suelo antideslizante. En general, no gustó el techo. La presidenta del colectivo de vendedoras resumía lo que pensaba la mayoría: «Parece que lle quita moita luz á praza», decía Rosa Pesqueira. Pese a ello, estaban contentas de haber vuelto a sus puestos originales, con las bancadas más limpias tras el lavado de cara que le dieron los operarios. «Fóra non estabamos ben, porque aínda que é certo que o tempo estivo bo, daba demais o sol e a unha da tarde a verdura xa estaba mustia».

Con gaiteiros

Con la música de un grupo de gaiteiros se dio por inaugurado el recinto, que a las 12.30 horas recibió la visita del alcalde, Alberto Varela; la concejala de Urbanismo, Paola María; el edil de Obras, Lino Mouriño, y el de Mercados, Juan Antonio Pérez Callón. Fue Paola María la encargada de explicar por qué los técnicos habían decidido pintar el techo de negro. «Es para que no parezca tan alto, para que sea más acogedor, y a la vez resalta los colores de las frutas y las verduras».

Alberto Varela reconoció que todavía quedaban mejoras pendientes en el recinto, pero que la cantidad que había quedado reservada en los presupuestos, de 80.000 euros, no daba para más. «Intentaron limpiar las uralitas pero no se pudo, y va a haber que cambiarlas». La edila de Urbanismo añadió que más adelante habría que mejorar la iluminación con nuevos focos. «Pero cuando se abra la puerta lateral de la calle, habrá más luz».

Y todo ello a expensas de que se desbloquee el problema de la segunda fase de las obras de la plaza de abastos, pendiente de un recurso de alzada presentado por el Concello y que, en principio, Patrimonio debería resolver con urgencia.

Compras navideñas

Al margen de los asuntos técnicos y la agenda política, la plaza recuperó ayer su bullicio habitual. Las coliflores, presentes en la mayoría de los puestos, recordaban que la Navidad -una de las mejores fechas para los placeros- está ya a la vuelta de la esquina. Berenjenas, tomates, lechugas, judías, grelos, coles, zanahorias, castañas y demás productos propios de la huerta de O Salnés lucían frescos en las bancadas y le daban al recinto un colorido que animaba a comprar.

La incógnita sobre las obras pendientes deberá esperar, seguramente, a que acaben las fiestas.