Condenan a once años de cárcel al agresor del bodeguero de Tremoedo

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Evaristo Pose negó en el juicio tener nada que ver con los hechos y dijo ser una víctima.
Evaristo Pose negó en el juicio tener nada que ver con los hechos y dijo ser una víctima. ramón leiro< / span>

Deberá indemnizar con 68.000 euros al vilanovés por los daños y secuelas

26 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sin sorpresas en la sentencia resultado del juicio celebrado hace un mes en la Audiencia de Pontevedra para analizar los hechos ocurridos en diciembre del 2012, cuando dos personas encapuchadas entraron de noche en la casa del bodeguero Luciano Núñez y le robaron después de propinarle una fuerte paliza. La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra acordó condenar al único acusado de los hechos, Javier Evaristo Pose, a once años de prisión, cinco por un delito de robo y seis más por un delito de lesiones con deformidad. Dos años menos de lo que solicitaba el fiscal.

De nada le sirvió al acusado -que fue detenido meses después de los hechos- proclamar su inocencia en el juicio, porque la sentencia da por buena la prueba de ADN que permitió identificarlo y que dejó impresa en un mechero que se olvidó en la vivienda del bodeguero. Los esfuerzos de la defensa por declarar nula esa prueba fueron descartados por el tribunal, que especificó que si en el mismo aparecían también restos de la víctima podría deberse a una contaminación del propio reo después de mantener contacto con el bodeguero, que fue atado, golpeado y torturado con violencia.

La sentencia da por hecho que el 4 de diciembre del 2012, sobre la una y media de la madrugada, después de hacerse de manera ilícita con una llave, el acusado entró en la casa de la víctima en compañía de otra persona que no pudo ser identificada. Los dos llegaron encapuchados y sorprendieron al bodeguero en su cama durmiendo. Lo despertaron y aprovecharon el momento de sorpresa para reducirlo atándolo con unas bridas y, a la vez que empezaron a golpearlo, pedirle que le diese el dinero que tenía en casa.

Como no consiguieron nada, lo atacaron todavía con más violencia, y uno de ellos incluso le retorció los testículos, hasta que Luciano Núñez cayó desvanecido. Posteriormente le prendieron fuego, lo que provocó que la víctima perdiese de nuevo la conciencia. Finalmente abandonaron la casa con un botín cercano a los mil euros, un móvil de la víctima y joyas de oro y plata que el bodeguero guardaba en la vivienda.

Secuelas

Como resultado de los golpes, Luciano Núñez, que tenía entonces 66 años, tuvo que invertir meses en su curación, sin poderse evitar que le quedaran secuelas postraumáticas y cicatrices. Por eso, el ahora condenado deberá indemnizarle con 13.000 euros por el tiempo de curación y 55.000 por las secuelas.

La sentencia es recurrible.

El fallo judicial llama la atención sobre la brutalidad de los agresores