La derrota del Porriño ante el Mondariz y su victoria les otorgó el cuarto puesto
25 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.La calculadora de Tinto se iluminó hace varias jornadas con un 67. Sus cálculos y previsiones se transformaron en ese número. Para el entrenador del Estradense eran los puntos necesarios para jugar la fase de ascenso a Tercera División. La victoria ayer en el campo del Pontellas les catapultó hasta esos guarismos en la última jornada de liga. Pero necesitaban otra variable más. El Porriño se había comportado mejor de lo esperado y dependía de sí mismo en el postrer partido. A los estradenses solo les valía una derrota de su rival por la cuarta plaza. Y esa premisa se cumplió en el miniderbi de los porriñeses en casa del Mondariz.
El Estradense saltó al césped convencido de que cualquier opción requería como primer paso la victoria. Ante un Pontellas sin ningún aliciente al margen del prurito deportivo de ganar, los de Tinto se hicieron con la posesión de la pelota y dominaron el juego desde el primer minuto. Comenzaron a llegar las ocasiones pero los futbolistas estaban negados ante la portería rival. El marcador no se movía. Los nervios revolucionaban el juego y al descanso seguía el cero a cero inicial.
La segunda mitad comenzó por los mismos derroteros. Dominio visitante ante un Pontellas sin mordiente en ataque. Coke se convertía en un espectador más mientras sus compañeros buscaban con denuedo la portería local. Las ocasiones continuaban desbaratándose. Llegó un momento clave. La expulsión a falta de quince minutos de Cristián por protestar dejó al Pontellas con uno menos. Redobló esfuerzos el Estradense y Silva conseguía poco después adelantar a su equipo en el marcador.
Debían buscar la sentencia, un tanto de la tranquilidad que de nuevo se hizo de rogar. Llegó ya en el minuto 97, materializado por Moure. Tensión, mucha tensión hasta el pitido final, con las radios y los mensajes de móvil cruzados con Mondariz echando humo. Salió cara y habrá fase de ascenso. Quedaban olvidabas los errores propios y aciertos ajenos, las ocasiones desperdiciadas de Vicente, Unai, José, Silva, Jorge, Martín,...
Goles: 0-1, m. 79: Silva; 0-2, m. 97: Moure.
Árbitro: Raquel Ortega, de colegio de Ferrol. Expulsó a Cristián por roja directa y mostró amarilla a Miguelón en el Pontellas.
Incidencias: En torno a 120 aficionados siguieron el partido.
Israel (Iván, min. 46), Sestelo, Rubén, Keko (Yago, min. 60), Chicho, Barros, Miguelón, Omar (Cristián, min. 60), Vieira (Adrián, min. 66), Darío y Álex
Coke, Martín, Silva, Buchi, Mateo, Manuti, Vicente, José Ramón,
Unai, Jorge (Moure, minuto 81) y
David (Adrián, minuto 30; Arturo, minuto 87)
«Por la mañana tuve la corazonada de que lo íbamos a conseguir», dijo un eufórico Tinto
La expedición estradense estalló de júbilo nada más terminar el partido. Liberar tensión tras un partido de infarto, con la mente también puesta en Mondariz. Tinto se mostró eufórico. «Por la mañana tuve la corazonada de que lo íbamos a conseguir e incluso le dije a un amigo que se viniera, pero no lo hizo», apuntó el entrenador del Estradense, renovado esta misma semana para la próxima temporada.
En la fase de ascenso toca medirse con el Dubra. Hoy tendrá lugar el sorteo para determinar el orden de los partidos. Tinto confía en disputar la vuelta en casa, ante la afición, para poner el definitivo broche de lujo a la temporada. Parece difícil aunque se supere al rival el ascenso a Tercera, pero quieren al menos competir y superar al Dubra.
Tinto reconocía haber estado atento a su partido, «jugamos bien y el 0-2 resultó irrisorio en un día pésimo de puntería, pero ellos no nos llegaron nada», pero también al Mondariz-Porriño. «Me entraron los nervios cuando solo íbamos 0-1 y sabíamos que el Porriño iba perdiendo, seguíamos errando ocasiones y no quería que fallásemos nosotros, más cuando en el otro campo se ponía todo de cara», explicó. Destacó la competitividad del Mondariz pese a no jugarse nada, recordando que ya había pronosticado que era una salida difícil. «Ahora queda el fin de fiesta perfecto», auguró Tinto.