La Universidad asienta en Sálvora su centro logístico contra la uña de gato

Bea Costa
bea costa VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La uña de gato, de vivos colores, procede de Sudáfrica.
La uña de gato, de vivos colores, procede de Sudáfrica. M. irago < / span>

Instala 32 cámaras para estudiar el efecto del cambio climático sobre esta plaga

20 abr 2015 . Actualizado a las 08:42 h.

Cuentan las crónicas que fue un farero de Sálvora quien hace cosa de un siglo trajo el Carpobrotus spp. a la isla arousana procedente de Sudáfrica. Allí, esta es una planta nativa que no crea ningún problema en el ecosistema. Por el contrario, en la costa gallega se ha convertido en una plaga revestida de unos vistosos fucsia y amarillo que está acabando con las comunidades vegetales autóctonas en zonas costeras. La Administración hace años que inició su particular cruzada contra el Carpobrotus -vulgarmente llamado uña de gato-, pero sigue sin ganar la guerra. Sea a través de la Xunta o a través de Parques Nacionales, se llevan arrancadas toneladas y toneladas de estas plantas invasoras, pero siguen extendiéndose por toda Galicia. Desde Sálvora -donde tiene parte de la isla colonizada- pasó a los acantilados de Ons, y de ahí a tierra firme. De A Illa a Ferrol y de Asturias al norte de Portugal, la uña de gato asoma por todas partes.

La experiencia dice que arrancar las plantas a través de un procedimiento mecánico no es suficiente así que la última esperanza está puesta en la investigación. El departamento de Biología Celular y Ecología de la Universidade de Santiago de Compostela, en colaboración con la Universidade de Vigo, están desarrollando un proyecto financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad que se ha marcado varios objetivos.

Viaje a Sudáfrica

El más inmediato es analizar la incidencia del cambio climático en esta especie con el fin de evaluar si el aumento de la temperatura y la reducción de la disponibilidad agua va a favorecer o no la extensión de esta invasora y cómo afectará a las plantas nativas. Con este propósito han instalado 32 cámaras en la isla de Sálvora en las que, a lo largo de un año, se va a hacer un seguimiento del comportamiento de estas plantas. Las cámaras están acondicionadas de tal forma que dentro de ellas la temperatura es dos o tres grados mayor que en el exterior y la captación de agua se reduce en un 35 %.

Para realizar este experimento, investigadores de la USC y de la Universidad de A Coruña se desplazaron el pasado mes de enero a Sudáfrica con el fin de importar Carpobrotus edulis autóctono, que ahora crecerá en Sálvora con el fin de analizar su comportamiento en Galicia y compararlo con el del invasor, estudiando así su evolución en el tiempo, según explica el profesor de la USC, Rubén Retuerto.

Este investigador y sus compañeros de quipo padecieron en primera persona las complicadas gestiones que planteó la importación del Carpobrotus desde la otra esquina del mundo. «Necesitamos permisos especiales, porque está prohibida su posesión, transporte, tráfico y comercio», según explican los participantes en el proyecto.

Y el suelo

La investigación que se ha puesto en marcha no solo se centra en el impacto que tiene la uña de gato en las demás plantas de las dunas. También quieren conocer cómo modifica las condiciones del suelo y si emite sustancias que impiden crecer a la flora autóctona a su alrededor, aspecto este en el que se está centrando el equipo de la Universidade de Vigo.

A la búsqueda de un insecto que devore a la planta invasora

La uña de gato se extiende como la pólvora. Es una especie de reproducción vegetativa que enraíza fácilmente y que tiene una gran resistencia a las altas temperaturas, el frío, la sequía y las fuertes lluvias. Hoy por hoy no tiene enemigo en Galicia de manera que sigue campando a sus anchas por todo el litoral. Pero en la universidad se lo están buscando. Margarita Lema, investigadora de la USC, está trabajando para encontrar especies que puedan ejercer un control biológico sobre Carpobrotus. Uno de los candidatos es el insecto Pulvinariella mesembryanthemi, una especie que actúa como depredador y que acaba destruyendo la planta. Esta especie, de origen sudafricano, llegó accidentalmente a California en los años setenta «con mucho éxito», explica la bióloga cambadesa. Los americanos recurrieron a la uña de gato para asentar taludes en las autopistas y fijar dunas, pero la planta se encontró con Pulvinariella mesembryanthemi que mermó considerablemente sus poblaciones.

Margarita Lema cree que esta especie de cochinilla podría actuar como el antídoto perfecto para acabar con el Carpobrotus, también en Galicia, pero la operación no es tan sencilla como puede parecer. Hay todavía mucho que investigar y hay que luchar contra el muro de la burocracia porque, como ocurre con la planta, su introducción está prohibida. Sin embargo, la colaboración de las tres universidades gallegas, que trabajan conjuntamente en un proyecto financiado por la Xunta de Galicia (Plan I2C) mediante el que se ha puesto en marcha una red de invasoras (Alien Species Network), contribuirá notablemente a esta lucha contra Carpobrotus y otras especies exóticas invasoras.