La insistencia de la Fundación de Deportes, dirigida por Elena Suárez, en dibujar tres pistas en lugar de dos en el pabellón ha provocado que la Federación Galega de Baloncesto se niegue a homologarlas. Las medidas no responden, por mucho que la concejala popular se esforzase en el pleno por hacer ver lo contrario. «As distancias son ridículas, para comezar dende un punto de vista tan importante como o da seguridade dos rapaces, e algo sei do que falo», expone la concejala nacionalista Helena Mariño, jugadora y entrenadora de básket. Es más, resulta incomprensible, añade, que durante una semana el Concello supiese perfectamente que las pistas no iban a recibir el visto bueno federativo pero a nadie se le ocurriese pintar una de minibásket a tiempo para los partidos de sábado y domingo.
Para colmo de males, la representante del BNG llama la atención sobre el hecho de que el recinto tenga un único acceso y carezca de puertas de emergencia, con lo que los problemas de seguridad superan con mucho los inconvenientes relacionados con condiciones de juego.
También Juan Fajardo, portavoz de EU, quiso subrayar ayer que, aunque financiada por la Diputación y regida por el correspondiente contrato, Ravella ha empleado operarios y medios municipales en un alto porcentaje de la reforma del pabellón. EU exige que se dé cuenta de ello y se aclare si la empresa ha incumplido sus obligaciones.