Un trocito de la historia de Meis

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Mario Gallego repasa la crónica de las fundaciones desde el siglo XI

29 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

«Fundacións en Meis» es el título del último trabajo histórico elaborado por el cronista oficial de este municipio, Mario Gallego. Bajo ese nombre, el autor quiso englobar una serie de hechos que fueron surgiendo a partir del siglo XI y amparar diversidad de elementos, de personas, de actividades con un único nexo: «A dependencia doutro órgano ou institución á que debe pagar unha cota en forma de diñeiro, materiais ou traballo, compartir unha obriga espiritual de pagar pola súa alma e que o seu corpo estea soterrado nun lugar privilexiado», explica el autor en el prólogo del libro. El propio Gallego reconoce que usa el término fundaciones en el sentido más amplio de la palabra. Su única intención es la de aprovecharlo para recoger un trozo de la historia de este municipio al que tanta adoración profesa. «Meis está no sentimento. Por moito que faga por Meis nunca será suficiente para contrarrestar o que Meis fixo por min», aseguró durante la presentación del trabajo. Con este busca «que a xente de Meis se entere de que ten un legado histórico e cultural importante e que ten a obriga de coñecelo», argumenta.

Dos son los tipos de fundaciones que, según Gallego, existían en Meis, las religiosas y las laicas. «As primeiras eran as máis grandes e extensas», argumenta y las divide en nueve distintas. Las principales son las ermitas o capillas, de las que en el municipio se conservan seis. Por todas ellas realiza un pequeño recorrido el autor. Y también por otras que ya desaparecieron, «

como a de Santa Mariña, na que hai quen acorda ver ás embarazadas ir de xeonllos para entrar nela

», explica. En este mismo apartado se incluyen las cofradías parroquiales, que se dieron en San Lorenzo de Nogueira, y los enterramientos en iglesias y capillas. En el capítulo dedicado a estos últimos, el autor recoge lo que se cobraba en el monasterio de Armenteira por los entierros en la iglesia entre 1615 y 1620. Cuatro reales se pagaba por enterrarse en el primer arco junto a la puerta. Y hasta 28 si el difunto quería reposar en el cuarto arco. Doce reales costaba una misa cantada y seis el entierro de un párvulo con misa.

 

 

El monasterio de Armenteira

 

Otro tipo de fundaciones que existieron en Meis fueron los prioratos, en este caso, ligados al monasterio de Armenteira. Reciben este nombre los centros patrimoniales y de producción económica, de los que había hasta cinco repartidos por municipios vecinos como Raxó, A Lama, Cambados, y Sanxenxo. «Foron moi importantes porque significaban que Armenteira sempre ía ter produción para autoconsumo e para vender», argumenta Gallego. El autor incluye también en este apartado a los templarios, que tenían posesiones en Galicia. Varias eran las parroquias de Meis que pagaban impuestos a esta orden. Cuatro parroquias de la localidad abonaban tasas también al Voto de Santiago, otro tipo de fundación, al igual que el colegio Sancti Spiritus.

En cuanto a las fundaciones laicas, Gallego destaca las escuelas americanas, fundadas por emigrantes que enviaban fondos para garantizar la formación de sus vecinos. Hubo hasta tres en la localidad. En este apartado se incluyen también los prorroteos de aguas, es decir, las comunidades de regantes que también existieron en esta localidad.