La policía tiene que escoltar a tres concejales del tripartito tras la conclusión del pleno

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso O GROVE / LA VOZ

AROUSA

Varios manifestantes increparon a los ediles Ochoa, Filgueira y Callón al subirse a un automóvil.
Varios manifestantes increparon a los ediles Ochoa, Filgueira y Callón al subirse a un automóvil. m. irago< / span>

Una persona resultó golpeada por el coche en el que trataban de marcharse los ediles, que sufrió daños en su luna trasera

29 ene 2015 . Actualizado a las 11:35 h.

La tensión que se fue acumulando durante la sesión plenaria acabó estallando tras su conclusión. Los miembros del tripartito abandonaron la Casa Consistorial entre abucheos. Los manifestantes les hicieron el clásico paseíllo, que en el caso de tres de los ediles -Juan Luis Callón y Manuel Ochoa, del Partido Popular, y Aida Filgueira, de A Meca- les condujo hasta la parte posterior del Concello, donde el responsable de Finanzas tenía aparcado su vehículo. El público se concentró frente al automóvil, impidiéndole arrancar, lo que llevó al edil conservador a telefonear a la policía.

Callón se bajó para dirigirse a los presentes, pero los ánimos estaban demasiado encendidos. En un momento dado, una persona resultó golpeada en una pierna por el vehículo cuando los munícipes intentaron de nuevo abandonar el lugar y fue trasladada en ambulancia. Los agentes tardaron veinte minutos en abrirse paso y organizar algo parecido a una escolta para que el automóvil pudiese circular, esta vez entre golpes y escupitajos. Su luna posterior quedó rota.

Para la plataforma de afectados todo lo que está sucediendo tiene un único culpable: el tripartito que preside el popular Miguel Pérez. De nuevo, una representante del colectivo tomó anoche la palabra en el pleno para plasmar el sentir de los vecinos que el pasado sábado salieron a la calle de forma masiva y que, ayer, volvieron a tomar el salón de plenos. «Eses meses foron para os veciños unha loita rabiosa», resumió la portavoz. Recordó que O Grove lleva demasiados años sin un plan general y que de ello tienen culpa los sucesivos gobiernos. En su opinión, el documento tendría que haber sido elaborado siguiendo unos pasos muy concretos: la contratación de un equipo redactor, que la corporación marcase las directrices y que los técnicos realizasen un trabajo de campo. De haberlo hecho así, «as alegacións terían sido mínimas», explicó la entidad.

La normativa urbanística que precisa el municipio «non pode facerse a partir dun plan viciado e rexeitado de forma unánime polos veciños», continuó la plataforma. Y pidió el compromiso de que se borarrán todas las líneas maestras de este documento, de que «non haberá ningún absuo máis e de que será unha ordenación coherente e axeitada».

Las alegaciones les costaron dinero a los vecinos. Pero también algún que otro disgusto, argumentó la portavoz. «Nunca poderán devolvernos todo o esforzo e todo o que nos costou este PXOM», reiteró cuando el regidor le indicó que no se podía votar el punto en el que pedían la devolución del dinero invertido en las alegaciones. «Nada disto tería que ter sucedido», añadió. «Se alguen precisa protección para andar no medio dos seus veciños quere dicir que quizais non debería estar aquí», destacó al tiempo que señaló que igual «é o momento de irse».

El dinero gastado en las alegaciones

Cinco eran las reivindicaciones de la plataforma. Todas obtuvieron el respaldo unánime de la corporación. Incluso el punto que pedía responsabilidades políticas, que el tripartito ratificó también. Fue preciso modificar el apartado que solicitaba el pago del dinero que los vecinos habían invertido en las alegaciones. Un informe del secretario afirma que hacerlo sería ilegal y que, en todo caso, hay que solicitar un informe al Consello Consultivo. Así se hará.