A Illa y O Grove intentarán de nuevo comercializar la anémona de mar

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Las cofradías arousanas han renunciado a probar suerte con nuevas especies. La ortiguilla y la peneira son las propuestas más exóticas este año

02 ene 2015 . Actualizado a las 04:59 h.

Los experimentos, con gaseosa. Esa es la norma que parece haberse instalado en las cofradías arousanas en los últimos años. Acuciados por los problemas del día a día, los equipos que dirigen los pósitos parecen haber renunciado a explorar las posibilidades comerciales de especies que están ahí pero que, hasta ahora, han pasado desapercibidas para el sector. Así que, mientras Cangas intenta aprovechar el tirón comercial de especies como el «carallo de mar», en Arousa los pósitos más osados siguen dando la batalla para lograr abrir rutas comerciales para la anémona, la oreja de mar y las algas.

Llevan tiempo intentándolo. Pero saben en las cofradías arousanas que no basta con disponer de producto en sus concesiones: también es necesario tener la logística que permita hacer llegar esas especies hasta los mercados en los que sí tienen valor y que no suelen encontrarse a la vuelta de la esquina. La operación no es nada sencilla. Y por eso, negocios que parecían redondos han salido rana.

Eso fue lo ocurrido con la peneira u oreja de mar. Este producto es muy apreciado en Oriente. En A Illa llevan años intentando sacar provecho de este producto, y hace años, cuando aún era patrón mayor Didier Eric Dios, llegaron a establecerse contactos con posibles compradores. Sin embargo, aquellas negociaciones no fructificaron. Y no es que los isleños hayan negociado mal: el año pasado solo vendieron esta especie las lonjas de Aldán-Hío y la de Cangas. Entre las dos sumaron únicamente 82 kilos de este marisco, y una facturación que apenas superaba los 1.500 euros.

Otro tanto se puede decir de la anémona, popularmente conocida como ortiguilla de mar. Este producto se consume, y mucho en el Sur y el Levante español. El mercado no está tan lejos como para que la distancia sea un problema. Pero la manipulación y las características de esta especie han abortado, hasta el momento, todos los intentos de poner en marcha este negocio tanto en la cofradía de O Grove como en la de A Illa. Aun así, ambos pósitos siguen apostando por este recurso, que un año más vuelve a figurar en los planes de explotación marisquera.

Otro claro ejemplo de negocio que no acaba de despegar es la explotación de poliquetos. La captura de los gusanos que serán usados como cebo para la pesca deportiva se planteó, hace años, como una alternativa para sacar mayor provecho a las playas.

Sin embargo, lo que se presentaba como una actividad cargada de promesas de rentabilidad y éxito no llegó a consolidarse, ya que las mariscadoras, en quienes se dejó la explotación de este recurso, se mostraron reacias a renunciar a días de trabajo extrayendo almeja y berberecho para apostar por un producto que daba mucho más trabajo y sobre cuyo interés comercial albergaban serias dudas. Aun así, en el plan de explotación de poliquetos que también el miércoles publicaba el DOG, figuran varios pósitos arousanos.

En concreto, las mariscadoras de O Grove y Cambados siguen teniendo la ocasión de capturar y comercializar miñoca común, miñoca de arena o miñoca de tubo. Además, la Xunta ha aprobado un plan de extracción del casulo o miñoca de tubo para profesionales que deberán sumergirse en apnea en las aguas de As Sinas, Con Grande, Carballas y Negrenlas.