Perras que cambian la cara a la gente

Bea Costa
bea Costa CAMBADOS / LA VOZ

LUGO CIUDAD

Seis animales del Refugio de Cambados viajan por toda Galicia para realizar terapias con personas mayores y con problemas físicos y psíquicos

22 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Clau, Ani, Magi, Lisa, Bela y Rumba este ha sido un año de conocer mundo. De momento sus traslados se limitan a Galicia pero no se descarta que acaben cruzando el Padornelo. Estas seis perras del Refugio de animales de Cambados han sido adiestradas para realizar terapia asistida y están recorriendo centros geriátricos, de atención a personas con autismo, con parálisis cerebral y minusvalías físicas. «Es increíble ver como le cambia la cara a la gente. El otro día en una residencia de Vigo había un señor que sufre Alzheimer que ya ni se mueve, y cuando le acercamos a la perra, despertó y sonrió. El médico no lo creía», según explica la presidenta de la asociación protectora de Cambados, Olga Costa. Esto no es nada nuevo, añade. La eficacia de la terapia con animales está más que probada y ya se aplica en hospitales de España. En Galicia no se estila, pero desde el refugio cambadés luchan por empezar a cambiar las cosas.

A por un hospital

«Queremos conseguir que haya un hospital que haga terapia con animales, sobre todo para niños, y en una sección como oncología funcionaría muy bien. Además, aquí es posible porque Galicia ya tiene una ley de asistencia que permite entrar perros a los hospitales», explica Costa.

Entre tanto, ella y voluntarios de refugio siguen dispuestos a hacer kilómetros con sus perras para ayudar a la gente. A Coruña, Lugo, Vigo, Ourense, Lalín, Cangas y Ribadumia son algunos de los concellos que han visitado en los últimos meses con este fin. Su próxima cita será el 2 de enero en el palacio de congresos de Pontevedra, donde una de sus perras bailará los grandes éxitos de los Payasos de la tele dentro de la Gala del Síndrome de Down.

Los beneficios psicoafectivos que proporciona la terapia asistida con animales son muchos: estimula la memoria, la atención y la concentración; aumenta la autoestima; desarrolla sentimientos de empatía y respeto hacia otros; disminuye los comportamientos agresivos o manifestaciones de hiperactividad; reduce la ansiedad, la depresión y el sentimiento de soledad; estimula el lenguaje.... Y también físicos: mejora las habilidades motoras, el equilibrio y la coordinación; disminuye el estrés, la presión sanguínea, la tensión arterial y la frecuencia cardíaca y ayuda en la rehabilitación, según explican desde el refugio. Los centros de atención social y sanitaria son los más necesitados de este tipo de terapias, pero las perras del Refugio de Cambados también han visitado campamentos urbanos y colegios, en los que Bela, Magi y las demás siempre han triunfado. No es para menos. Ani hasta sabe sumar, restar y parte de la tabla de multiplicar, según afirma su dueña y adiestradora, Olga Costa. «La gente dice que hay truco, pero no. A Ani la adopté y la adiestré para mí cuando estaba de baja y ahora la llevo a hacer terapia».

Ani ejemplifica perfectamente la idea que quiere transmitir la protectora. «Un animal abandonado vale para mucho. Una mascota aporta calidad de vida, y no hace falta que sea de una raza especial. Todos valen», abunda Olga Costa.