La Feria do Galo de Corral celebró ayer su tercera edición en Mosteiro (Meis). Se vendieron un total de 75 ejemplares, limpios y desplumados, «e quedaron de vir a buscar outros catro ou cinco para o luns ou martes», según explicaba ayer Ana Buceta, una de las criadoras que llevaron ayer bien temprano el género al Campo da Feira. La jornada podía ser mejor -sobraron nueve- pero también podía ser peor. El año pasado se vendieron 90 ejemplares «pero todos sabemos como están os tempos», apunta Ana, de modo que los criadores hacían ayer un balance positivo de la feria. Quizá por eso, porque hay poco dinero, en Meis acordaron este año bajar los precios. De los 12 euros el kilo que se pagaron en las Navidades del 2013 se pasó ayer a 10 euros el kilo. La pieza más barata, de cuatro kilos, salió por 40 euros y la más cara, de 6,1 kilos, por algo más de 60 euros.
Nueve meses de crianza
Todos los compradores, menos uno, «que mercou para un restaurante do Grove», eran particulares que apostaron por este manjar para sus menús de Nochebuena y de Navidad. No es esta una carne cualquiera. Estos animales van criados a conciencia, al aire libre y con una alimentación completamente natural: maíz, cebada, trigo, verdura, hierba y restos de fruta. Todo tal y como se hizo siempre en las casas de labranza, donde era habitual reservar «un polo» para Navidad. Desde hace tres años, en Meis han tomado la decisión de que la crianza de gallos se convierta, además, en una fuente de ingresos extra para las familias, que ayer fluctuó entre 350 y 400 euros por cada puesto. Dicen los criadores que no es el negocio del siglo, pues a las aves hay que alimentarlas y cuidarlas durante nueve meses. Pero, después de tres años, parece que la iniciativa está más que consolidada y ya están pensando en la edición del 2015, que probablemente vuelva al domingo. Los criadores de Meis se van hoy a Vila de Cruces donde los reclaman para que participen con sus gallos en una muestra de animales vivos.