El alcalde popular critica por primera vez en público al candidato socialista
19 dic 2014 . Actualizado a las 04:57 h.El primer roce dialéctico entre el alcalde de Vilagarcía, el popular Tomás Fole, y el candidato del PSOE a la alcaldía, Alberto Varela, ya está sobre la mesa. Ayer, el regidor cruzó sus primeras palabras públicas con Varela, aprovechando la propuesta que el abogado de Urbanismo acaba de lanzar, en el sentido de limitar la capacidad de veto de la alcaldía acerca de cuanto se debate en las sesiones plenarias. Se pregunta Fole si su contrincante en las urnas pretende «recortar competencias» a la institución y, le pide, en cualquier caso, que «se actualice y no se eche al monte porque -sostiene el primer edil- este gobierno ha dado ejemplo de participación».
Si de participar se trata, prosiguió Fole, «que le pregunte a los concejales que han dejado de asistir a las comisiones y otros órganos». Y, ya puestos, recordó que el pleno de este mes, que tendrá lugar dentro de una semana, adelantado con respecto a su fecha habitual y convertido en extraordinario, tiene por objeto que la actualización de las tasas, tarifas e impuestos municipales entren en vigor el 1 de enero, evitando un menoscabo económico al Concello. Cuestión de plazos, en definitiva, pero también de falta de confianza del bipartito PP-Ivil en la oposición. Reconoce el alcalde que no se atreve a hacer las cosas de otra forma, puesto que si, por ejemplo, la corporación aprueba un asunto sin que haya sido dictaminado por la comisión informativa correspondiente, podría ser declarado nulo si cualquier concejal lo recurriese. «Podría pensar que no lo haría por responsabilidad, pero no podemos contar con ello porque están echados al monte», reitera el regidor. Así pues, concluye, no le queda más remedio que convocar la sesión con carácter urgente y extraordinario.
La actitud de la oposición
Como ejemplo de esa actitud montaraz que encuentra entre sus rivales políticos, Fole Díaz se refirió a su rechazo a la refinanciación del plan de pago a proveedores, que pese a suponer «un ahorro de 200.000 euros a las arcas municipales», contó con el voto negativo de la oposición.
El alcalde buscó y encontró más munición en un tema directamente relacionado con la conversión del pleno ordinario en extraordinario, y la consiguiente exclusión tanto de mociones como de ruegos y preguntas y, en general, cualquier intervención ciudadana: los presupuestos municipales. El regidor recuerda que no ha recibido desde las filas de PSOE, BNG o EU una sola alegación, ningún intento de mejora del documento. Tan solo rememora una petición del grupo socialista, en ejercicios anteriores, cuya dimensión subrayó: se trataba de modificar «124.000 euros de un total de 25 millones».