El gobierno local niega que se vaya a despedir a nadie en el Área de Comunicación

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Las tensiones entre el gobierno local de Vilagarcía y la junta de personal han ido «in crecendo».
Las tensiones entre el gobierno local de Vilagarcía y la junta de personal han ido «in crecendo». m. miser< / span>

El alcalde dice que se interpretó mal la respuesta que se dio a los trabajadores cuando dejaron de utilizar las máquinas

26 nov 2014 . Actualizado a las 04:58 h.

«Evaluarase o custo de encomendar a unha empresa gráfica externa tanto o deseño gráfico como a impresión de cartelería municipal, e de ser o caso estudarase a necesidade de reconversión ou mantemento dos postos de traballo que actualmente realizan estas tarefas». Ese párrafo que al pie de la letra figuraba en una notificación enviada por Alcaldía al Área de Comunicación del Concello de Vilagarcía, hizo pensar a sus trabajadores que se les estaba amenazando con el despido. Pero según el alcalde, nada más lejos de la realidad. Pese a ello, dado el revuelo ocasionado, ayer se vio en la obligación de dar una rueda de prensa en compañía de la portavoz del gobierno local, Rocío Llovo, para «tranquilizar y aclarar», dijo.

El regidor partió de la base de que en los tres años y medio que lleva gobernando no se despidió a nadie, pese a haber pasado por situaciones económicas muy difíciles. «Si ahora lo quisiéramos hacer -dijo- se hablaría con la junta de personal».

Eso sí, el regidor no evitó criticar la actitud no tanto de los trabajadores municipales, sino de sus representantes, «que a veces no son los mejores ejemplos desde el punto de vista profesional».

También manifestó su malestar con el Área de Comunicación por haber decidido que dejaba de utilizar las máquinas que podrían ser perjudiciales para su salud por estar en la misma habitación en la que trabajan. «¿Nosotros no nos sentimos amenazados? Yo sí tengo que asumir que sin competencias decidan no encender las máquinas...», subrayó sin valorar los motivos por los que dejaron de hacerlo. A su entender, fue esa decisión la que dio lugar al escrito, y lo que los afectados entendieron como una amenaza de despido, Fole lo explicó como una reubicación de espacios y funciones debido a que llegaban las fiestas navideñas, había que hacer cartelería y la actividad no se podía parar.

Los cuarenta grados

Rocío Llovo enumeró los ocho informes de salud laboral que se habían realizado y que en ningún caso -remarcó- recogían un riesgo grave para los trabajadores, aunque sí una recomendación de que se retirasen las máquinas. El gobierno local aseguró que se va a hacer -tres años después de que les llegasen las primeras quejas- pero que no era fácil porque se les pretende ubicar en la zona noble, donde iban a estar inicialmente, pero como hay más maquinaria que entonces, todavía hay que encajarlo. «No queremos ningún riesgo ni para los trabajadores ni para nosotros -subrayó la portavoz-. En mi despacho ya sabéis el calor que hace y no pasa nada. En su caso, los 40 grados de los que hablan no están reflejados en ningún sitio».

O sea, un malentendido que el gobierno local quiso cortar de raíz porque «se ha desmadrado un poco el asunto», dijo Fole.