Cada trabajador ha sacrificado ya 1.200 euros en la huelga de Lantero

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Una caja de resistencia, alimentada con donaciones desde diferentes ámbitos, facilita que los trabajadores más acuciados aguanten.
Una caja de resistencia, alimentada con donaciones desde diferentes ámbitos, facilita que los trabajadores más acuciados aguanten. m. irago< / span>

Los operarios movilizados han renunciado hasta ahora al salario de 42 días

23 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El 10 de octubre, en vísperas del inicio de la huelga más larga que jamás ha experimentado Lantero en su prolongada historia en Vilagarcía, el grupo municipal de Esquerda Unida ponía en cifras el impacto que el expediente de regulación de empleo, tal y como entonces lo había formulado la empresa, acarrearía para la capital arousana: 1,6 millones de euros dejarían de circular en una ciudad que no está precisamente para echar cohetes. El endurecimiento de las condiciones incluidas en el nuevo ERE, que la dirección del grupo cartonero presentará mañana en caso de que el paro no se suspenda, no hará sino multiplicar esta cantidad. Pero los golpes económicos no solo apuntan al futuro. Los trabajadores movilizados los padecen ya directamente en sus bolsillos. Hoy se cumplen 42 días desde que las máquinas dejaron de funcionar en la factoría de O Pousadoiro. El montante varía en función de la antigüedad y categoría de cada empleado, pero el comité calcula que cada uno de los huelguistas ha sacrificado hasta ahora un mínimo de 1.200 euros por las jornadas de protesta que no cobrará.

El esfuerzo realizado hasta el momento es uno de los factores que pesan en la negativa de la asamblea de trabajadores a aceptar la propuesta de tregua que la dirección propone y mantendrá abierta hasta la una de la tarde de mañana. Si la plantilla suspende el paro, Lantero no presentará el ERE para abrir un período de negociaciones de quince a veinte días. «Pero -explica Jesús López, el presidente del comité despedido en plena huelga- a lo que no se comprometen es a renunciar al expediente, solo lo dejarían parado para aplicarlo si no se alcanza un acuerdo». Sin mayores garantías, asumir este planteamiento supondría, en su opinión, un verdadero un suicidio laboral. Entretanto, la caja de resistencia, alimentada por donaciones, permite a los huelguistas más acuciados ir capeando el temporal y pagando facturas.

¿Quiere Lantero marcharse?

También el alcalde, Tomás Fole (PP), se refirió ayer al nuevo ERE. El regidor expresó su preocupación por que, asegura, gente que vivió procesos similares le ha manifestado su opinión de que tal vez el propósito de Lantero sea «cerrar y no le importe tanto Vilagarcía». Tras garantizar a los trabajadores el respaldo del Concello, Fole hizo un llamamiento a la reflexión por ambas partes y admitió que el despido de López «no ayuda en nada».