El delantero vuelve tras seis jornadas lesionado justo para medirse a un equipo con cuya camiseta marcó 23 goles en Tercera en las dos anteriores temporadas
12 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.A las seis de la tarde están citados hoy los socios y demás aficionados del Arousa al partido que cada dos semanas los reencuentra con su equipo en el estadio de A Lomba. En esta ocasión, para medirse al Ordes, uno de los teóricos rivales directos con los que el conjunto que dirige José Luis Uhía, Piscis, se jugará el acceso a la promoción a Segunda B hasta el mes de mayo.
En una Liga tan igualada como la Tercera gallega 2 puntos bastan para separar tras las siete primeras jornadas de Liga al sexto clasificado, el Arousa, del undécimo. Un Ordes que por el momento dista de ser ese equipo sólido y solvente que se le presupone por la continuidad en su proyecto y su veterana plantilla.
Tres victorias, otras tantas derrotas y un empate suma el rival del Arousa, que llega de vencer 2-1 al Deportivo B. Pero es que los números del Ordes caen en picado cuando se trata de hablar de su condición de visitante. Un papel este en el que solo ha sido capaz de sumar 3 de sus 9 puntos en juego hasta el momento, perdiendo con el Laracha en la segunda jornada de Liga, 1-0, y con el líder, Barbadás, hace dos semanas, 4-2, y venciendo tan solo al colista Bertamiráns por 0-1.
No obstante, a cada jornada que pasa se le presupone al Ordes un mayor peligro potencial. Con su entrenador, Nacho, disponiendo del núcleo duro con el que ha venido trabajando desde hace cuatro años, con jugadores de la talla y la veteranía de Ángel, Cea, Mario, Cabrejo o Jesús Torres, y refuerzos de lujo como Rendo (Boiro), Souto (Bergantiños) o Nacho (Compostela).
Frente a ellos y su fútbol de orden y contragolpe, sin Alfonso ni Eloy, lesionados, Piscis recupera a Capelo, lesionado en los primeros minutos del encuentro de la segunda jornada de Liga y ex futbolista del Ordes, con el que marcó 23 goles en las dos anteriores ediciones de la Liga de Tercera. Un buen talismán al que aferrarse si el partido se tuerce.