Más de un centenar de usuarios de Amigos de Galicia recogen uva en plantaciones de O Salnés

La Voz

AROUSA

23 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La campaña de la recogida de uva supone un alivio económico para quien ya hace tiempo que no ve entrar de golpe 500 euros en su casa. Porque como mucho, eso será lo que cada peón se llevará este año por participar en la vendimia, pero para quien no tiene nada es mucho; permite comprar ropa, pagar los libros de los niños o hacer frente a algunas facturas retrasadas. Por eso las bodegas de la comarca llevan unos años atendiendo con especial sensibilidad la solicitud de las familias más necesitadas y así, son varias las que colaboran con la fundación Amigos de Galicia en la contratación de peones para la vendimia.

Este año serán en torno a 110 usuarios de la comarca los que acudan a la vendimia en O Salnés, aunque Amigos de Galicia también ofrece peones en O Rosal y en O Ribeiro. Son, mayoritariamente, mujeres con hijos que sufragan así el elevado coste del inicio del curso. Pero no solo, también hay jóvenes. Los hubo siempre, y antes se pagaban sus caprichos con las ganancias. Ahora, en cambio, ayudan a sus familias.

Como Juan Carlos García, un joven de 21 años vecino de Ribadumia que convive con sus padres y sus dos hermanos pequeños. La vendimia vino para su familia con un pan debajo de la parra, porque parece que su padre acaba de encontrar trabajo. Pero llevaba un año en el paro, y sin ningún ingreso en casa y un alquiler que pagar, hacían meses que comían de los paquetes que les entregaba la fundación.

Juan Carlos está estudiando, pero ya se apuntó a la vendimia el año pasado, porque aunque la campaña no iba a solucionarles la difícil situación que estaban atravesando él y los suyos, «es una ayuda, y siempre se agradece». Con el dinero que consiga se comprará ropa para el invierno, pero no solo; sabe que este año, además, «habrá que ayudar a la familia». Y lo dice orgulloso y esperanzado porque parece que se vislumbran tiempos mejores para los suyos.

Tres hijos a su cargo

La vendimia tampoco va a solucionar el problema de Mari Luz Núñez, que está sola y con tres hijos a su cargo. Pero Mari Luz está acostumbrada a luchar. «Me apunté para el marisqueo, para el Risga y para un bombardeo si hace falta, pero el bombardeo no pasa por delante de mi puerta», dice con humor.

A pesar de ser beneficiaria de Amigos de Galicia y de carecer de trabajo, los cheques de la Xunta no le llegan para pagar el coste total de los libros de texto. «Me hacen falta más de doscientos euros, así que la mayor parte del dinero de la vendimia irá para ahí; los cheques no te dan para pagar los libros, pero si no los pagas te quitan a tus hijos, esa es la realidad».

Con todo, Mari Luz no pierde el humor ni las ganas de luchar. Ya hace unos años que a través de Amigos de Galicia recoge la uva en la misma bodega y está muy contenta. «Cuando estoy trabajando soy la persona más feliz del mundo -asegura-. Aunque solo sea una semana».

Llama la atención cómo ha cambiado el perfil del peón de la vendimia; de una mayoría inmigrante que se aferraba a unas tareas que los lugareños no querían, a familias de la zona que necesitan ese dinero para sufragar necesidades básicas.

Por eso la fundación Amigos de Galicia llegó a acuerdos con varias bodegas a las que les envían sus usuarios cuando llega la selección de personal. Y Suso Busto, portavoz de la entidad, reconoce que la mayoría tienen una sensibilidad especial con este colectivo, formado, sobre todo, por mujeres solas con varios hijos a su cargo.

«Voy a ayudar a mi familia, y con lo que me quede me compraré algo de ropa para mí»

Juan Carlos García

«Cuando estoy trabajando soy la persona más feliz del mundo, aunque sea solo una semana»

Mari Luz Núñez