Manu Fernández no podía ocultar ayer su alegría tras el partido, consciente de que había salvado un match ball después de haber encadenado dos derrotas consecutivas en las jornadas anteriores. Pero, además de por el resultado, el técnico granate se mostró muy satisfecho al considerar que «hicimos un muy buen encuentro, muy completo, y creo que merecimos la victoria».
Para el entrenador pontevedrés, su equipo llevó la iniciativa desde el inicio, y solo la falta de acierto de cara a gol mantuvo la tensión hasta después del descanso. «Hicimos una buenísima primera parte, excepto los últimos cinco minutos en los que cometimos un par de errores que nos pudieron costar algún gol». Una situación que, asegura, solventó el tanto anotado por Pablo al inicio de la segunda mitad ya que entiende que «al no acertar al principio, es normal que te entre cierto nerviosismo con el paso de los minutos. Y además, veníamos de perder dos partidos y para nosotros era muy importante adelantarnos en el marcador». De hecho, entiende que, más que el segundo tanto, el de la sentencia, fue el primero el que dejó el encuentro prácticamente resuelto ya que además, casi a continuación, llegó la expulsión de Martín y «a partir de ahí creo que el partido se acabó. Ellos lo intentaron, pero con más corazón que otra cosa», señaló Fernández.
Por último el técnico granate justificó las novedades que introdujo en el once inicial apuntando que con ellos «buscamos cambiar la dinámica». Y no eludió explicar, en particular, el relevo en la portería, en la que dio entrada a Lloves tras haber comenzado el curso como suplente. «Edu venía de recibir cinco goles y, aunque no fueron culpa suya, es algo que afecta a la confianza», apuntó. Eso sí, dejó en el aire si este cambio de fichas bajo palos era puntual o con vocación de continuidad al señalar que «son dos porteros muy parejos y juegue quien juegue creo que no hay diferencia».
un derbi inédito