El Tribunal Supremo acaba de confirmar la pena que la Audiencia de Pontevedra impuso a un alemán que, el 26 de octubre del 2012, lesionó a uno de los guardias civiles que le habían dado el alto en un control preventivo habilitado en la autovía de O Salnés. De este modo, los magistrados no admitieron el recurso que el condenado interpuso contra la sentencia que él mismo había pactado con la Fiscalía: «Resulta acreditado que el acusado, en el acto de la vista, manifestó su plena conformidad con el escrito del ministerio fiscal, aceptando la pena en él solicitada al igual que los restantes pronunciamientos, sin que ni por él ni por la defensa se hiciesen observaciones y reparos sobre este aspecto».
De este modo, se considera probado que, el día de los hechos, el encausado, de 38 años, y un tinerfeño de 34 -fue absuelto- circulaban a bordo de un Volvo por la AG-4.1. En las inmediaciones del supernudo de Curro, agentes de Tráfico que había habilitado un control preventivo dieron el alto al automóvil.
Tras localizar las dos partidas de heroína a las que hace referencia la resolución judicial, el alemán se apeó del automóvil y emprendió la huida a la carrera. Tras cruzar dos carriles de esta carretera y cuando se disponía a saltar la mediana fue alcanzado por uno de los agentes. Los magistrados hacen constar que el guardia civil «procedió a inmovilizarlo, no sin antes vencer la resistencia del mismo, que se oponía a la detención con movimientos de los brazos y las piernas». Esta reacción provocó que el guardia se precipitase al suelo sufriendo un esguince con contusión en la rodilla derecha, y la rotura de las gafas que portaba y de algunas prendas de ropa que vestía, entre ellas el chaleco reflectante y los guantes anticorte.
El encausado fue condenado a tres años de prisión por un delito contra la salud pública.