En la playa, en el campo y hasta en el centro de las ciudades

La Voz

AROUSA

22 ago 2014 . Actualizado a las 06:53 h.

El servicio de Protección Civil de Catoira recibió ayer mismo la llamada de un vecino que se había encontrado con un nido de avispas en un muro. Tras inspeccionar la zona y comprobar que son ejemplares autóctonos, se ha fijado el día de mañana para ir a retirarlo. «La verdad es que este año se ven muchísimas avispas por todos lados», sentenciaban desde el cuerpo de voluntarios de la localidad vikinga. Tantas, señalan, que incluso hay negocios de hostelería en el municipio que han optado por mantener las ventanas cerradas para evitar que estos incómodos animales atormenten a sus clientes a la hora de la comida. A fin de cuentas, nada hay más molesto que un insecto girando enloquecido alrededor de un plato de comida.

El caso de Marín

Efectivamente, el zumbido de las avispas es constante y llega este verano a casi cualquier rincón. Ni siquiera se libran de estos insectos los bañistas que acuden a refrescase a las playas. En los arenales de Marín, por ejemplo, los socorristas atendieron durante el mes de julio una media de seis picaduras de avispa por día. Ese mes dejó en los balances de playa la sorprendente cifra de 194 asistencias a pie de playa, y todo indica a que agosto se cerrará con unos datos muy similares.

En la orilla sur de la ría de Arousa, en los arenales atendidos por socorristas las avispas parecen picar tanto como en años anteriores. Sin embargo, picaduras hay, dentro y fuera de la playa. Aunque el Sergas carece de datos concretos sobre esta materia, facultativos que prestan sus servicios en el centro médico de San Roque (Vilagarcía) confirman que este año se ha incrementado el número de personas que acuden hasta estas dependencias tras haber sufrido el punzante beso de la avispa. Un beso doloroso y molesto pero que, en la mayor parte de los casos, no reviste gravedad.

En Catoira hay locales que no abren las ventanas ante la plaga de este año