La Carreira Nocturna obliga a cambiar a última hora las terrazas de los hosteleros, a los que Ravella no avisó

s. González vilagarcía / la voz

AROUSA

27 jul 2014 . Actualizado a las 06:59 h.

«¿Pero en qué están pensando? ¿En qué estarán pensando?», se devanaba los sesos un hostelero de la calle Méndez Núñez, repleto de locales de copas y tapeo, cuando una patrulla de la Policía Local le instaba a levantar y cambiar de lugar su terraza hacia las cinco de la tarde de ayer, pocas horas antes del inicio de la Carreira Nocturna de Vilagarcía. El Concello había decidido apostar, en esta edición, por un recorrido que aprovechase al máximo el creciente espacio peatonal de la ciudad. Lo malo es que, denuncian los responsables de los establecimientos que funcionan en las vías afectadas, a nadie se le ocurrió avisarles de ello con la debida antelación.

«Por aquí nadie ha venido a decir nada hasta que la patrulla acaba de aparecer», explica entre extrañado e indignado uno de los hosteleros, obligado a cambiar de sitio sus mesas y sillas exteriores mientras los clientes del mediodía apuraban todavía sus últimas consumiciones de sobremesa. Los propios agentes municipales se enfrentaban a una tarea harto incómoda, debiendo notificar el recorrido de la carrera por los bares de Castelao, Rey Daviña y Méndez Núñez cuando se encontraban en plena faena. «Esto puede estar muy bien, pero en qué cabeza cabe no avisarnos con tiempo», se lamentaba otro de los empresarios sin saber todavía qué iba a suceder con el escenario instalado, en pleno centro de la calle, para los conciertos de Varietés.