26 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.
Hay una época en la que muchas sueñan con el vestido blanco, el coche de caballos y el príncipe azul en el altar. Pero, con el paso del tiempo, parte de estas fantasías acaban desapareciendo y se dan cuenta de que no hay documento que una más a una pareja que una hipoteca y dos hijos en común. Si a eso le sumamos el hecho de que para hacer una boda de verdad, de las que se estilan en esta comarca, hace falta una inversión millonaria no es de extrañar que cada vez sean más las mujeres que muestran cierto desapego por desfilar por la alfombra roja. Al fin y al cabo lo de «para toda la vida» durará lo mismo se haya o no pasado por el altar. Eso seguro.