Ojo, que no es lo mismo

AROUSA

26 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Yo no me casé, así que predico con el ejemplo. Y cuando se aprobó la ley que permitía el matrimonio a las personas del mismo sexo, aunque me alegré por ese derecho conquistado, no pude evitar entristecerme al comprobar que ellos, que habían sufrido tantas discriminaciones, optaban por caer en los mismos errores que los demás. Hasta que un día oí el testimonio de un homosexual que lloraba y denunciaba que, tras años cuidando a su pareja enferma, no pudo acompañarla en sus últimos días en el hospital porque la familia de él no se lo permitió. Toda una vida juntos, pero sin ningún derecho. Entonces entendí que estar o no casado no es lo mismo. Aunque lo parezca.