Ravella afirma ahora que no puede humanizar el tramo final de Arapiles

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Cholo Dorgambide calcula que la subvención provincial no es suficiente

22 jul 2014 . Actualizado a las 06:58 h.

Pese a lo anunciado por el Concello de Vilagarcía la semana pasada, en el sentido de que la humanización del entorno de Ravella se completaría en breve gracias a un plan de inversión provincial, el futuro de los tramos finales de las calles Ramón y Cajal y Arapiles continúa sumido en un evanescente misterio. Contradiciendo aquel mensaje oficial, difundido el viernes, el concejal de Tráfico y Seguridade Cidadá, Cholo Dorgambide, ha informado a los hosteleros de la zona de que, en realidad, las obras se limitarán a Ramón y Cajal, dejando Arapiles para una fase posterior. La razón es, al parecer, de índole económica, puesto que la cantidad dispuesta -104.000 euros- no sería suficiente para intervenir en los dos viales concernidos.

Ayer resultó imposible consultar el particular tanto con el concejal independiente como con el alcalde de la ciudad, Tomás Fole, así que nada más se sabe acerca del porvenir de ambas calles y las intenciones concretas que los responsables municipales albergan para ellas. De confirmarse las explicaciones del edil de Independientes por Vilagarcía, esa parte final de Arapiles acabaría convertida en una especie de callejón sin salida para los automovilistas. El hecho de que la L que forman ambas vías siga siendo recorrida por los vehículos motorizados da fe de las dificultades que la Policía Local está encontrando para que su recién ganado carácter peatonal cale entre la ciudadanía, que se encuentra al volante con sendas calles dotadas con las mismas características de cualquier otra habilitada para el tráfico, con sus aceras y su calzada asfaltada.

El bipartito conservador trata de combatir la costumbre fuertemente arraigada de buscar aparcamiento en la zona recién peatonalizada con un notable refuerzo de la señalización. Tanto la vertical como la que se pinta sobre el asfalto. No obstante, sin una intervención que cambie su aspecto, ni las multas que los agentes imponen desde hace días acaban de disuadir a los automovilistas, cuyos hábitos están demostrando una tenaz resistencia al cambio impulsado por Dorgambide.

La intención del gobierno local, al menos la que manifestaba el viernes pasado, se centra en conseguir la armonización de los últimos tramos de Ramón y Cajal y Arapiles con el resto del contorno del jardín de Ravella. Para lograrlo, el asfaltado tendrá que ser sustituido por una superficie de piedra, similar a la de las áreas peatonalizadas durante el anterior mandato, de forma que la diferencia entre aceras y calzada quede anulada. Es a este cometido al que el bipartito conservador pretendía destinar 104.000 de los 400.000 euros que le corresponden a Vilagarcía dentro del plan provincial de mantenimiento de servicios, que financia la Diputación. A la vista de la nueva información que está difundiendo Cholo Dorgambide, habrá que esperar a que los responsables municipales expliquen si han cambiado de idea.