Un invierno sin horas de frío suficientes augura poco albariño

Lars Christian Casares Berg
christian casares PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

Los tratamientos han logrado frenar el impacto del mildiu en las vides

05 jun 2014 . Actualizado a las 06:55 h.

El frío, esa sensación, se mide no solo en grados, sino en horas, con la vista puesta en la vendimia. Porque menos de setecientas horas de frío al año hacen que haya menos fruto en los viñedos. Y a menos uva, menos vino. En las Rías Baixas, albariño.

«Las horas de frío son fundamentales para poder tener una buena cosecha, para que se diferencien las yemas y haya fruto», explicó ayer Pedro Mansilla, de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, donde se centraliza el control de los índices, tanto de temperatura, como de plagas que afectan a la provincia. El albariño precisaría de unas 700 horas de frío, abundó Mansilla, que aseguró rotundo que en ninguna parte de la provincia se llegó a ese punto este invierno.

Este invierno, un tanto atolondrado meteorológicamente hablando, ha dejado otros problemas para los viticultores y bodegueros. Porque las lluvias, también ligadas a la ausencia de frío, han hecho que hubiese una mayor incidencia de plagas como el mildiu, un parásito de la vid.

Con todo, el sistema de alertas que se centraliza en Areeiro, unos laboratorios dependientes de la Diputación de Pontevedra, ha permitido establecer protocolos preventivos.

«Habrá que esperar a finales del mes de junio para comprobar la afectación total del mildiu, ya que será en ese momento cuando se pueda considerar superado el período de máximo riesgo», explicó Pedro Mansilla, que acudió ayer a la Diputación para dar cuenta de la situación a la que se enfrenta el sector.

Con todo, Rafael Louzán, el presidente de la Diputación, que compareció en rueda de prensa con el experto, llamó la atención acerca de que una más que previsible escasa cosecha actuará, a la postre, como un regulador natural del mercado. Y es que el año pasado, Rías Baixas logró unas cifras abultadas de cosecha, con 33,7 millones de kilos de uva, casi el doble que un año antes. De ahí, mucho vino también en el mercado con etiqueta del 2013. Un año con menos botellas en el 2014 daría salida al excedente.