«Igual es antiguo, pero funciona»

AROUSA

Medio centenar de radioaficionados participaron ayer en un encuentro en Castroagudín.
Medio centenar de radioaficionados participaron ayer en un encuentro en Castroagudín. FOTO< / span> martina miser< / span>

En plena era digital, los radioaficionados siguen siendo indispensables en las catástrofes

04 may 2014 . Actualizado a las 06:50 h.

Va ya para treinta años que José Luis comenzó a introducirse en el mundo de los radioaficionados. Fue a raíz de comenzar a trabajar cuando el talkie pasó a ser un elemento más de su vida. Y le picó la curiosidad hasta acabar convertido en una de las voces más notables de este mundillo en Galicia. Él es uno del medio centenar de radioaficionados que hay en O Salnés y el organizador, con el radioclub Fene, del encuentro que ayer se realizó en Castroagudín. ¿Cómo es posible que a estas alturas sigan existiendo radioaficionados? Pues, para empezar, porque realizan una labor fundamental. Van mucho más allá de la imagen que los profanos puedan tener de personas intercambiando pareces con los talkies. Un vistazo a la página del radioclub Fene (http://www.radioclubfene.net) permite comprobar que, por ejemplo, colaboran con servicios de localización de barcos y aeronaves con mapas en tiempo real que describen las características de los aparatos solo con colocar el cursor del ratón encima. «Igual es antiguo, pero funciona», describe emocionado Campaña. Argumentos no le faltan.

Argumentos

Recuerda este vilagarciano que cuando se produce alguna catástrofe, los primeros que pueden estar en contacto con las zonas dañadas son los radioaficionados porque sus aparatos pueden funcionar con una pequeña batería. «Estamos obligados a colaborar con los ciudadanos si nos lo piden», explica. Es verdad que la afición que tiene tan enganchado a José Luis tuvo más potencia entre los ciudadanos años ha y que, ahora, con la enorme oferta de dispositivos digitales que hay, parece difícil que los jóvenes se introduzcan en este mundillo. Pero lo hacen. Así lo confirma Campaña, que asegura que incluso en la comarca del Salnés hay chavales que viven en la veintena que tienen este hobbie entre sus preferencias. Él, ahora, pertenece al radioclub Fene porque por aquí no hay ninguno, aunque «lo hubo en sus tiempos».Más allá de compartir charlas con el talkie, lo que les gusta en realidad a los radioaficionados es lo que ellos denominan el cacharreo. Para ser radioaficionado hay que ser también un manitas en muchas cosas. De hecho, deben pasar exámenes de electrónica, telegrafía o ajuste de equipos entre otros temas. Las actividades que suelen realizar tienen por lo tanto mucho más que ver con las novedades que pueden deparar herramientas como el APRS (las siglas de Sistema Automático de Información de Posición), una tecnología que combina el uso de mapas digitales para posicionar en ellos estaciones y objetos. Precisamente sobre el APRS discurrió la primera de las charlas que ayer se celebraron en la casa de cultura de Castroagudín (Vilagarcía) organizada por el Radioclub Fene con la inestimable colaboración de José Luis Campaña. Hubo también tiempo para ampliar conocimientos sobre Open WRT, el Lynux (tanto para los radioaficionados como para el día a día) o sobre coaxiales y líneas de alimentación.

De toda Galicia

Allí estuvieron, durante todo el día salvo la pausa que realizaron para comer, una buena cantidad de radioaficionados de toda Galicia que pudieron compartir sus experiencias durante toda la jornada y, además, ampliar sus conocimientos en esta materia. Una jornada perfecta, por lo tanto, la que vivieron ayer numerosos radioaficionados de toda Galicia que se acercaron a la ciudad arousana. Orgullosos de lo suyo porque, según apunta, fueron ellos los precursores de Internet con aquel radiopacket que les servía para enviar y recibir correos. Su tarea pendiente es divulgar que lo suyo no es solo hablar con el talkie. Para empezar a sumergirse en este mundo, asegura José Luis Campaña que con un desembolso que ronda los cincuenta euros para adquirir un aparato sencillo es suficiente. La licencia no es cara y, además, solo hay que pagarla una vez, según explica. Y la afición engancha. Al menos, José Luis lo tiene muy claro: «Si tengo que quedarme sin algo, prefiero prescindir de la televisión antes que de la radio».