Zona Aberta teme que entre el comercio de Vilagarcía estalle una guerra similar a la de las terrazas

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

La calle Alexandre Bóveda concentra un buen número de comercios que protegen sus escaparates con toldos extensibles.
La calle Alexandre Bóveda concentra un buen número de comercios que protegen sus escaparates con toldos extensibles. mónica irago< / span>

El sector subraya que sus toldos nunca han generado problemas

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La perspectiva de que el Concello de Vilagarcía extienda su campaña de inspección de toldos, centrada en la hostelería, a los tendidos con los que muchos comerciantes de la ciudad cubren sus escaparates ha encendido todas las alarmas en el sector. Zona Aberta, la asociación que agrupa al pequeño comercio, teme que el asunto acabe degenerando en un conflicto equiparable al de las terrazas, en el que bares y cafeterías se hayan inmersos desde hace años. Su presidenta, Rocío Louzán, espera que pueda evitarse una nueva confrontación por este motivo y destaca que «nadie recuerda que el toldo de un establecimiento comercial haya dado lugar a un problema».

El origen de la inquietud del comercio local está en los requisitos que el Plan Xeral de Ordenación Municipal, el mismo al que Ravella apela para ordenar la retirada de los paravientos de doce terrazas, exige para este tipo de estructuras. La norma no deja lugar a ninguna duda: las protecciones de esta clase solo pueden ser instaladas en calles con un ancho de 9 metros y carácter exclusivamente peatonal. Solo si la acera tiene unas dimensiones superiores a los 2,30 metros se permitirá su colocación en vías por las que transite circulación rodada. Además, ningún fleco podrá colgar a una altura inferior a los 2,10 metros sobre la rasante.

«Con estas medidas en la mano, la mayoría de los toldos comerciales se quedarían fuera», subraya la presidenta de Zona Aberta, quien ve en todo ello una palpable contradicción: «Muchos de los comercios que tienen protección la instalaron cuando el PXOM -el plan actual data del 2000- ni siquiera había sido aprobado ni estaba en vigor». Por otra parte, «todos los asociados a quienes se ha consultado pagan religiosamente al Concello la tasa correspondiente», concluye Louzán, no sin antes dejar claro que el único provecho que los comerciantes extraen de estas instalaciones extensibles es la preservación de los productos a la venta frente a la acción del sol.