La motivación religiosa anda en los últimos años a la par de la turística y cultural a la hora de decidirse a hacer el Camino. Pero muchas de las iglesias por las que pasan las rutas se llenan estos días de más fieles que de turistas, dado que la Semana Santa es, para los creyentes, el momento más intenso del año, con la recreación de la pasión y muerte de Jesucristo. Y eso se nota en Armenteira, donde los oficios religiosos del monasterio predominan sobre su variante turística. De hecho, este año todavía no hubo muchos peregrinos que optasen por hacer la variante espiritual del Camino Portugués, más que nada porque los que se decantan por esta ruta optan por hacer el último tramo, entre Vilanova y Pontecesures, en barco. Una posibilidad que se hace mucho más atractiva al llegar el verano. La otra alternativa, la del Padre Sarmiento, está pendiente de la señalización.