Protección Civil retira la «Cola de Peixe» del parque Miguel Hernández

a.g. vilagarcía / la voz

AROUSA

MONICA IRAGO

16 abr 2014 . Actualizado a las 06:58 h.

Dicen que el mar guarda numerosos secretos y los hechos no hacen otra cosa que dar la razón a esa afirmación. Cuentan las crónicas que esta semana apareció un consolador en el estómago de un bacalao. Ayer, de las entrañas de la Cola de Peixe de César Lombera surgió un balón, quién sabe si aquel famoso de Sergio Ramos del que nunca más se supo. Sin pretenderlo, la escultura adquirió un toque de realismo a mayores puesto que desveló que sus entrañas estaban llenas también de botellas de plástico y otros desperdicios. Toda una metáfora.

Porque efectivos de Protección Civil retiraron en la tarde de ayer la Cola de Peixe del lugar que ocupaba ante el auditorio, anexa al parque Miguel Hernández, ante el riesgo de que terminara derrumbándose dado su precario estado. Completamente oxidada en su base e incluso con un boquete más que notable que podría invitar a algún menor a colarse por él.

Fue una operación rápida. Apenas diez minutos tardaron los efectivos de Protección Civil e Emerxencias desplazados al lugar, que ya estaba convenientemente acordonado, en desprender la escultura de su base.

Unos golpes de maza para empezar y después un par de buenos nudos para que la grúa pudiera tirar de la obra y sacarla de la base fueron suficientes. La pericia de los muchachos de Protección Civil e Emerxencias hizo el resto. Acomodarla en el camión fue lo siguiente y tampoco causó demasiados problemas.

A partir de ahora, el destino de la Cola de Peixe será en principio el almacén de Obras. Lo que suceda después con la obra de Lombera está todavía por decidir. El escultor ya sabe lo qué es. Otra de sus obras, O adeus, estuvo cuatro años guardada en ese almacén.

Y mientras el camión-grúa emprendía el camino hacia el depósito de Obras, un par de chavales miraban con ojos golosos el tesoro que la Cola de Peixe guardaba en su interior. ¿Y si fuera el balón de Sergio Ramos? Y si no, al menos, les arregló la tarde.