Las mujeres de Cuca fichan en Vilaxoán y trabajan en O Grove

Susana Luaña Louzao
susana luaña VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Las mujeres salieron ayer de su antiguo centro de trabajo tras fichar, y lo hicieron cantando consignas reivindicativas.
Las mujeres salieron ayer de su antiguo centro de trabajo tras fichar, y lo hicieron cantando consignas reivindicativas. martina miser< / span>

La plantilla estrenó ayer sin incidentes el sistema impuesto por Garavilla

11 feb 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Como hace algo más de un año, la plantilla de Cuca volvió ayer a fichar a las seis de al mañana en la fábrica de Vilaxoán, pero no porque finalmente se hayan salido con la suya y se retome la actividad en la vieja nave de Cuca, objetivo por el que llevan un año peleando, sino porque esa fue la decisión que tomó Garavilla, que al parecer entiende que así cumple con lo que le obliga la sentencia, que reconoce a las mujeres como trabajadoras de la planta de Vilaxoán. Por eso ahora, en lugar de ir por su cuenta a O Grove para cumplir allí la totalidad de su horario, a la hora de entrar a trabajar a las seis de la mañana en Vilaxoán, fichan, se ponen la ropa de trabajo, se suben a un autobús y se van a la fábrica de O Grove, donde empiezan a trabajar una hora después que el resto de la plantilla. Y sobre las dos menos veinte, antes de que finalicen las demás, se vuelven a subir al autobús que las devuelve a Vilaxoán, donde otra vez fichan, se cambian y se van a casa.

Ese es el recorrido que hicieron ayer las mujeres y el que seguirán haciendo en los próximos días, al menos mientras un auto judicial no les diga lo contrario. A las seis de la mañana se volvieron a abrir para ellas las puertas de la fábrica en la que algunas llevaban cuatro décadas trabajando. Aunque las cosas ya no son como antes. Para empezar, tenían un nuevo sistema para fichar, un reconocimiento ocular que identifica el rostro de cada una, en lugar de la huella dactilar. Después, una vez uniformadas con sus batas blancas, se subieron a un autobús que las llevó a O Grove. Cumplieron con su horario de trabajo y regresaron.

Cantando consignas

A las dos y media de la tarde llegaron a Vilaxoán y fueron recibidas por algunos familiares y amigos que las estaban esperando. Casi no se pararon, porque tenían que fichar otra vez. «Agora volvemos -avisaron-; agora non podemos parar que aínda estamos traballando». Y diez minutos después regresaron, y salieron de la fábrica reivindicativas, como siempre, cantando: «Da fábrica de Cuca non nos moverán» y «así, así, ni un paso atrás, la fábrica de Cuca, en Vilaxoán».

Aseguraron que la jornada transcurrió con normalidad y que habían trabajado como cualquier otro día, «pero dúas horas menos», recordaron. Es decir, las que pasaron en el autobús que pone la empresa y cuyo recorrido cuenta como horario laboral al entender que así se cumple la sentencia que reconoce el derecho de la plantilla a ser empleadas de la fábrica de Vilaxoán y no de la de O Grove. Sentencia que Garavilla no recurrió, por lo que es firme. Al parecer, la empresa entiende que con este nuevo sistema cumple el fallo judicial, algo que no comparten ni las mujeres ni los sindicatos que las representan.