La flota larga hoy los aparejos y mañana se celebrará la primera subasta
17 nov 2013 . Actualizado a las 06:35 h.Dicen los mariñeiros de O Grove, que saben mucho de esto, que la campaña del centollo arrancará este año con pocas capturas. La alianza de los vientos del norte y de la luna espantaría al crustáceo, lo empujaría hacia sus guaridas en el fondo del mar, y lo alejaría de las artes pesqueras. La previsión puede resultar descorazonadora. Pero para muchos de los armadores que se dedican a capturar centollo, «é unha boa noticia». Y es que, cuanto menos crustáceo se coja en las primeras jornadas, antes se retirarán de la competición los barcos que solo salen a por esta especie ahora, justo antes de la Navidad.
El mar parece haberse vaciado tanto de pescado como de almejas y berberechos, y eso hace que «cada un intente buscarse a vida como pode, e os que poden ir ao centolo, proban». Así lo señalan varios armadores de O Grove. Y así lo reconoce, también, el patrón mayor de A Illa. Hasta ahora, eran muy pocos los barcos de su cofradía los que se incorporaban a la campaña que arranca hoy. Pero el número ha crecido este año hasta llegar a once embarcaciones, asegura Ángel Iglesias. «Como o marisqueo falla, cada un aproveita todas as artes que ten para ir rotando e ir buscando como gobernarse a vida».
Pero no solo fallan almejas y berberechos. En Cambados, la flota del bou de vara ha visto como los primeros compases de la campaña de la volandeira se mueven al ritmo de unos precios bajos. Así que auguran que algunos barcos, hartos de esa situación, probarán suerte con el centollo. «La gente tiene que aprovechar para ganar un duro», dice el armador del Madimar.
En O Grove, alrededor de medio centenar de embarcaciones saldrán hoy al mar dispuestas a demostrar por qué el meco es el puerto por excelencia cuando de centollo se habla. Sus tripulantes y armadores reconocen que habrá un mayor número de barcos en el mar. «Son mariñeiros coma nós e teñen tanto dereito coma nós a gañar un peso», comentan en el muelle. El problema de verdad, apuntan, está bajo el mar: «Os ranas. Eses sí que acaban con todo, o seu si que é intrusismo».