Indignación general en Arousa ante la sentencia del «Prestige»

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Patrones mayores, mariñeiros y mariscadoras, bateeiros, alcaldes y ecologistas exhiben distintos grados de enfado por un fallo inexplicable

15 nov 2013 . Actualizado a las 06:56 h.

Casi todos los que vencieron al Prestige en el mar se sienten, once años después, derrotados en tierra. Vencidos por una sentencia y por un proceso judicial que «foi tan longo e tan confuso que ao final deixa unha mala sensación», según argumentaba ayer el patrón mayor de Cambados, Benito González. Él, como la mayoría de los representantes del sector del mar, no entiende que la Justicia haya sentenciado que nadie tenga que pagar «pola catástrofe medioambiental máis grande que se produxo en Galicia». Ya se sabía que iban a faltar culpables, «no banquiño non estaban todos os actores desta película», recuerda González. Pero «que non haxa culpable ningún significa que aquí non pasou nada».

Y algo pasó. «É unha burla que despois de once anos nos veñan con isto». La frase es de Lola Gondar, vicepatrona de la cofradía de O Grove y heroína del Prestige. Desde el puerto meco, fuese en la lonja, fuese en las playas, fuese en la sala del gabinete de crisis creado en la cofradía, Lola fue una soldado más en el ejército que luchó contra la marea negra. Como tal, se siente incómoda con una sentencia que convierte «nunha minucia» el drama que ella vivió.

Y ni ella ni quienes vivieron en primera persona aquella guerra desigual lo recuerdan como algo pequeño. El patrón mayor de A Illa, Ángel Iglesias, que sacó chapapote del mar por fuera de Sálvora, aún se emociona al recordar el diciembre del 2002. Y también le indigna que la Justicia haya sido incapaz de apuntar y castigar a los culpables. «Se houbera que botarlle a culpa aos mariñeiros, seguro que iamos pagar o pato. Pero como os responsables eran os que eran, estaba claro que o conto ía morrer así».

Una voz va contracorriente: la de Evangelina Lago. La patrona de Vilanova considera que la sentencia es «máis que xusta». «Eu non me sentín desprotexida. Aquelo foi unha desgraza, que non se repita, pero todo se solucionou», reflexiona desde Vilanova. En Vilaxoán, el patrón mayor Manuel Tarrío hace votos por que se haya aprendido de aquella amarga lección. «La sentencia -dice- hay que acatarla».

Entre los bateeiros también cunde la indignación y el enfado. «Que a maior catástrofe ecolóxica de Galicia non teña culpables resulta indignante. Non só porque impide que se cumpra aquelo de ?quen contamina paga?, senón que xenera unha sensación de impunidade nos delictos contra o medio ambiente», argumenta el presidente del Mexillón de Galicia, Francisco Alcalde.

Los políticos se mueven, también, en un amplio espectro de indignación. «Pasó tanto tiempo, que el problema se desvirtúa», decía ayer el alcalde de O Grove, Miguel Pérez (PP). El de A Illa, Manel Vázquez (PSOE) fue mucho más contundente y declaró sentir «cabreo, impotencia, rabia. O estado de dereito está fallando». Lo mismo opina Nito Dios, de la PDRA. «Vivimos nun país no que se pode condenar á cadea a una moza por contaminación acústica por tocar o piano, e que deixa impunes a quen provocaron una marea negra».