Denuncian robos de grandes cantidades de mejillón en bateas del área de Vilagarcía

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Los ladrones se llevaron 1.200 sacos listos para la venta de uno de los viveros

06 nov 2013 . Actualizado a las 10:09 h.

Este año, los bateeiros arousanos pueden dar fe de que las desgracias nunca vienen solas. A la inestabilidad de los mercados, a los desprendimientos masivos de mejillón y a los devastadores efectos de una marea roja que parece no terminar nunca, ahora han de sumar los productores un nuevo motivo de inquietud: los ladrones. Al menos tres productores han denunciado haber sido víctimas de un robo del mejillón que cultivaban en bateas de los polígonos de Vilagarcía.

Los primeros robos se registraron en la noche del domingo al lunes, en dos mejilloneras muy próximas. De una batea desaparecieron 1.200 sacos de mejillón reparcado y listo para salir al mercado. De otra, unos 580 sacos más. En euros contantes y sonantes, el primer robo ha superado los 6.000 euros y el segundo, los 3.000. «Acaban de darnos unha boa estocada», decía ayer, conmocionado aún tras conocer la noticia, el propietario de una de las mejilloneras afectadas.

La madrugada siguiente, los ladrones volvieron al mar. «Da miña batea levaron trinta cordas», explica el propietario de la tercera mejillonera asaltada. El producto, en este caso, no estaba en sacos. «Houbo moitos desprendementos este ano, pero esas cordas estaban bastante ben. Non daban vinte sacos cada unha, pero aínda podía sacar uns catorce ou quince», argumentaba ayer el propietario afectado. Así que calcula que los ladrones le han arrebatado cerca de 2.500 euros.

Otros casos

Estos podrían no ser los únicos robos registrados: en los muelles se habla de varios productores que han visto como, por obra y gracia de los ladrones, se esfumaba su cosecha. Las víctimas de estos robos aseguran que las cosas «non poden seguir así», e instan a la Consellería do Mar y a la Guardia Civil a tomar medidas para evitar que estos episodios se repitan. Y eso que, estos días, los controles se han extremado en el mar. A cuenta de la marea roja, los efectivos de la Xunta están poniendo un especial celo para evitar que, amparados por la noche, se produzcan movimientos ilegítimos de mejillón de zonas con toxina a zonas libres de la misma, y de hecho algunos barcos que se han aventurado a trabajar amparados por la oscuridad se han encontrado con las fuerzas del orden. En cualquier caso, parece que esos controles no han servido para echarle el guante a los nuevos cuatreros del mar arousano, los que aparecen cuando el horizonte del sector mejillonero se ha vuelto completamente negro.

Uno de los mejilloneros afectados por los robos es socio de Amevila, una organización de productores con base en Vilanova. El presidente de este colectivo, Manuel Janeiro, explicaba ayer que este tipo de sucesos «non son frecuentes, pero en momentos coma este, nos que o mexillón se fai escaso, adoitan darse estas cousas». Este productor vilanovés prefiere «non pensar que quen está detrás disto sexa xente do sector», pero todo parece apuntar a que los ladrones pertenecen al mundo del mejillón. Y es que levantar cuerdas y llevarse 1.200 sacos cargados de bivalvo exige disponer de unos medios de los que, a priori, solo disponen los bateeiros. El mejillón robado puede tener dos destinos: o bien acabar colgado en una batea distinta, o bien llegar al mercado directamente, utilizando para ello, eso sí, canales irregulares.