Actividad febril en la ría para surtir de mejillón los mercados europeos

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

En Vilanova, las descargas de sacos de mejillón mantuvieron un ritmo trepidante y los barcos tuvieron que hacer cola.
En Vilanova, las descargas de sacos de mejillón mantuvieron un ritmo trepidante y los barcos tuvieron que hacer cola. martina miser< / span>

Unos 50.000 sacos de bivalvo salieron ayer desde Vilanova y A Illa

31 oct 2013 . Actualizado a las 06:53 h.

Colas de barcos y colas de camiones. Esa era la estampa que ayer, a media mañana, mostraba el puerto de Vilanova. La apertura del polígono Vilagarcía A y de parte del Vilagarcía B convirtió el muelle de O Cabo y el de O Xufre (A Illa) en las puertas de salida hacia los mercados europeos de unos 50.000 sacos de mejillón. O, lo que es lo mismo, de unas 500 toneladas de bivalvo.

El ambiente era de frenesí, con compradores yendo y viniendo, bateeiros subiendo y bajando de sus embarcaciones, cuerdas cargadas de sacos elevándose sobre el mar, y las carretillas que se utilizan para mover los palés circulando por la explanada al más puro estilo de los ángeles del infierno. «Parece que fora a campaña de Nadal», comentaba uno de los productores que, por fin, había logrado llevar a tierra parte de la cosecha de sus bateas.

Pero el frenesí no se debe confundir con la alegría. «Non é tempo de contentura. Para estar contentos, esto tería que ter pasado hai catro meses», argumentaba otro mejillonero. Se llama Marcos, es de Rianxo, y ayer había llevado a tierra unos 700 sacos de mejillón. En el mar aún le queda mucho producto, aunque menos del que debería: «este ano está caendo moito mexillón. Tranquilamente foi ao fondo a metade da colleita», argumenta. En la otra punta de la explanada, mientras construyen uno de los múltiples palés de sacos que se ven en el muelle, otros bateeiros incidían en que «non hai motivos para estar contentos. O de hoxe non é unha alegría, e un mal menor».

Volver a arrancar

Ramón Blanco, el presidente de los depuradores, era uno de los comercializadores de mejillón -la mayoría sacos de reparcado- que ayer por la mañana habían desembarcado en Vilanova. Según explicaba, el bivalvo que ayer se extraía de los polígonos recién abiertos acabaría en los mercados europeos, que parecían tener hambre del molusco gallego. «Este movemento vai ser puntual. O mercado estaba sen produto, e ímosllo devolver». Y es que aunque no ha parado de salir mejillón de los polígonos abiertos en Redondela y, también, en Cambados, lo cierto es que la reapertura de nuevas zonas ha supuesto un alivio para los comercializadores, que llevaban semanas disculpándose con sus clientes habituales.

En cualquier caso, si la marea roja sigue remitiendo en la costa gallega, la Navidad se puede dar por salvada.