La cadena de mareas rojas deja en las bateas el 70 % del mejillón

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

La toxina ha frustrado el inicio de la última gran campaña del año

15 oct 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El sector mejillonero arousano sigue sufriendo los coletazos del caos desatado en la ría por una marea roja que llegó cuando nadie -ni siquiera el Intecmar- la esperaba. Mientras los cocederos reciben visitas de los inspectores de Sanidade que les ordenan incinerar partidas enteras de producto, los bateeiros han comenzado a echar cuentas y un negro panorama se extiende ante ellos. El último trimestre del año, en el que tantas esperanzas habían puesto, parece haberse ido al traste por culpa de la marea roja. Así que, al menos hasta que pase el episodio, en las bateas de la ría seguirá sin despachar un 70 % de la cosecha.

«Hai bateeiros que este ano aínda non se estrenaron, non botaron nen un quilo de mexillón, e estamos en outubro», explicaba ayer un productor vilanovés. Y es que este año, dice, «a toxina estanos facendo moito daño». No en vano, este es el tercer episodio severo de marea roja que se vive en el 2013. El primero se registró en Semana Santa y todo quedó parado. Luego, en verano, la toxina volvió por sus fueros «e volveu botar por terra a campaña de verán, que é unha época de boas ventas», según explicaban ayer desde la agrupación Illa de Arousa. Es cierto: aquel episodio retrasó tanto el inicio de la campaña de industria como el de las exportaciones.

Cuando las cosas volvieron a su cauce, las ventas arrancaron. Y cuando habían cogido por fin impulso, la dinofysis acuta y la dinofysis acuminata han sumado fuerzas, han entado en tromba en las rías, y han paralizado los mercados. Una vez más.

Así que, ahora, con apenas el 30 % del mejillón vendido, los bateeiros hacen votos para que la marea roja se vaya lo más rápido posible de la ría. Porque, si esta se prolonga en el tiempo, los desplomes que han caracterizado el año mejillonero se podrían intensificar. «E o mexillón que cae é o mellor», explican en A Illa. Eso hace que las listas para la venta de bivalvo de menor tamaño se colapsen, que la espera para vender se prolongue en el tiempo y que la desesperación cunda entre los productores. Estos, buenos sabedores de que la marea roja puede ser extraordinariamente persistente, temen que el presente episodio vaya a extender sus tentáculos hasta diciembre. Y que no solo se pierdan las ventas de una de las campañas más importantes del año, si no que acabe por minarse la confianza del mercado en el producto cultivado en Galicia.